TEN UN GRAN DÍA
Cronología de la inmoralidad
Por Adriana Delgado Ruiz | https://twitter.com/heraldodemexico/status/1485957491448074240?s=12@AdriDelgadoRuiz
1994. Diciembre. La gran crisis mexicana desatada por el histórico error de diciembre, al inicio del gobierno de Ernesto Zedillo. Millones de mexicanos se quedaron sin prácticamente nada. La inflación se disparó por arriba del 51 por ciento y tasas de interés hasta de tres dígitos. El rescate bancario aplicado por el gobierno tras esa hecatombe terminó siendo tan costoso que continuaremos pagándolo hasta 2070. Pérdidas privadas que se convirtieron en deuda pública.
Años después, en 2012, Ernesto Zedillo dijo riéndose al periodista Moisés Naím, de la cadena colombiana NTN24: “Soy experto en crisis porque en México pasamos por muchas”. Eso lo expresó ya siendo consejero de Citigroup, propietario de Banamex desde 2001, donde ha ganado más de tres millones de dólares más un buen paquete de acciones durante 10 años en que ha formado parte del comité de Ética, Conducta y Cultura, además del encargado de Nominación, Gobernanza y Asuntos Públicos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló ese empleo de Ernesto Zedillo como inmoral y también su posición como consejero de Union Pacific Corporation, una de las beneficiarias de la privatización del sistema ferroviario que también realizó.
El pasado 11 de enero, Citigroup anunció que venderá Banamex como parte de un plan de desinversiones en varios países. Los analistas calculan que obtendrá los mismos 12,500 millones de dólares que pagó por él en 2001. Aquella operación no se hizo mediante un contrato de compra-venta sino por medio del mercado bursátil en que el comprador se hizo de las acciones mediante un mecanismo que permitió la evasión de 3,000 de esos millones en impuestos. Para concretarla junto con el daño al erario, el entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, habría advertido a otros interesados que se atrevieran a entrar en la puja que de hacerlo serían sujetos a auditorías fiscales.
La historia reciente de Banamex tiene más episodios oscuros. Fue uno de los bancos más beneficiados por el Fobaproa al que endilgó 14,721.9 millones de pesos en saldos de deudas impagables. De acuerdo con la auditoría independiente encargada por la Cámara de Diputados al canadiense Michael W. Mackey en 1999, la mitad de ese dinero eran créditos que no cumplían con los requisitos para el rescate bancario de entonces.
En México de los noventas ser banquero era un privilegio. Además de gozar de protección, no se otorgaban más licencias y por lo tanto no tenían verdadera competencia.
Para 2014, otro escándalo con toda la estela de irregularidades de la empresa Oceanografía, contratista de Pemex, acusada de cometer un fraude masivo contra Banamex por más de 400 millones de dólares, respaldando la solicitud de créditos con cuentas por cobrar y facturas falsas.
El conflicto escaló de tal manera que las acusaciones van ahora en que Oceanografía demanda a Banamex por falsas acusaciones y daños que ocasionaron su quiebra. La medida cautelar del juzgado dispone que la venta del banco no puede darse si antes no garantiza el pago de las cantidades demandadas.
Hoy, ese banco que fue la joya de la corona de Citigroup al ser el único rentable de toda su red mundial durante la crisis financiera de 2008, se ha empequeñecido. En 2012 llegó a tener 1,709 sucursales y ahora tiene 433 menos. En los últimos tres años ha retirado 246 cajeros automáticos.
Historia turbulenta. Mexicanizar Banamex significaría no solo ponerlo en manos mexicanas y así evitar que sus utilidades vayan a dar a la matriz de algún grupo financiero extranjero, sino convertirlo en una institución realmente al servicio de sus clientes mexicanos y los intereses del país.