Eduardo Ibarra
Aguirre
Al “virtual presidente electo de Estados
Unidos” Joe Biden, lo declararon en esa condición mediática solamente las
gigantescas televisoras estadunidenses, la poderosa telecracia, pero ninguna autoridad
legal y legítimamente constituida.
Es cierto que muchos gobiernos del orbe ya
felicitaron a Biden, incluido el secretario general de la Organización de las
Naciones Unidas, y en esa medida, le otorgaron su “reconocimiento”, pero no lo
hacen todavía los presidentes de Brasil, China, México, Rusia, Turquía y otros.
Y sus poderosas razones tendrán la principal potencia comercial de la aldea y
primera economía para 2035, de acuerdo al rumbo trazado por el Comité Central
del Partido Comunista, el 26-29 de octubre pasado. Y por otra parte, la Federación
Rusa es la súper potencia militar que cuenta con una alianza estratégica con
Pekín. Por algo será, tanto o más importante que las razones que tiene México y
explica con claridad el presidente Andrés Manuel.
Los damnificados intelectuales orgánicos por
la austeridad republicana y el combate a la corrupción, montaron un escándalo
desde la noche del viernes por el presunto retraso de López Obrador para
brindar su “reconocimiento” a Biden, mismo que ya redujeron a “felicitación”
porque los principios que rigen la política exterior mexicana no lo permiten,
pues México no reconoce gobiernos sino Estados.
Por lo visto a los colonizados intelectuales
orgánicos y el dueto que los pretende encabezar, Enrique Krauze y Héctor
Aguilar, les importa poco la democracia –instrumentalizada– que dicen defender,
pues la calificación de los resultados electorales por las autoridades de Estados
Unidos apenas comenzó.
Los estados tienen hasta el 8 de diciembre
para resolver las disputas, incluidos recuentos e impugnaciones judiciales
sobre los resultados. Los miembros del Colegio Electoral se reunirán el 14 de
diciembre para formalizar el resultado final.
Y el
secretario de Justicia que por supuesto forma parte del gobierno de Donald
Trump, dio su aval para indagar todo indicio de fraude electoral. En tanto que
Rudolph Giuliani encabeza la ofensiva jurídica del trumpismo sobre los
resultados con un ejército de abogados y apoyándose en los más de 70 millones
de votos que obtuvieron y hasta hoy con la mitad de los escaños del Senado. Y
más gubernaturas ganadas el súper martes 3 que el Partido Demócrata.
Si se
trata de una estrategia poselectoral para “ensuciar” los resultados es asunto
de Donald John y su partido, el Republicano, hasta donde quiera acompañarlo.
Con mayor razón si lo que construye es un camino decoroso para el presuntamente
derrotado en las urnas, pero hasta hoy por la telecracia estadunidense con
alcance global.
Por eso
no es para burlarse, como lo hizo Ciro Gómez (9-XI-20), por la prudencia que
aconseja AMLO como conducta gubernamental ante las elecciones estadunidenses. Y
menos reducirlo todo a la “impericia presidencial”, como lo hace Leo
Zuckermann, porque es “un tema que no conoce ni le interesa como son las relaciones
de México con el mundo.” El experto Leo justificó hace dos años la ausencia de
cualquier mención en el VI Informe de Enrique Peña a otros países o bloques que
no fuera Estados Unidos, con esta barbaridad: “La verdad es que Estados Unidos
es para México el mundo”.
Salvo
su mejor opinión, no la de expertos colonizados hasta la médula, el presidente Obrador
no es juez electoral, como sí lo fueron el español José Luis Rodríguez Zapatero
y el gringo George W. Bush al felicitar a Felipe Calderón antes de que el
Tribunal Electoral legitimara el fraude electoral cometido en julio de 2006, de
acuerdo a muchos millones de electores, entre los que no me incluyo, y 14 años
después el politólogo invidente y muy agringado, lo reduce a “el cuento del
fraude electoral”.
Como
bien apuntó Andrés Manuel López Obrador: “Vamos a esperar”. Cuál es la prisa.
Acuse
de recibo
Tercera y última parte del comentario del
periodista Moisés Edwin Barreda: “Por otra parte, le agradecería a Musacchio
(¿no es Musaccio?), que me ilustre diciéndome motivada y fundamentadamente, por
qué López Obrador es “...rotundo y decepcionante fracaso”… Justo el Día de
los Muertos fue asesinado el periodista Jesús Alfonso Piñuelas Montes, de 43
años de edad, en Cajeme, Sonora… A Israel Vázquez Rangel lo asesinaron el día 9,
cuando cubría el hallazgo de restos humanos en el violentísimo estado panista de
Guanajuato… Interesantes valoraciones
sobre el papel de Arnoldo Martínez Verdugo, el último secretario general del
PCM y excandidato presidencial del PSUM, en las izquierdas mexicanas de la
segunda mitad del siglo XX, en la voz de la maestra Ifigenia Martínez, los
doctores Enrique Semo, Elvira Concheiro y Luciano Concheiro, así como el
legislador Pablo Gómez. Sería plausible que los cuatro últimos opinantes
colectivizaran más el uso del micrófono sobre este tema para enriquecer más el
balance aún pendiente (https://youtu.be/HuQiG2W29Xk).
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