Los centros de derechos humanos Miguel Agustín Pro Juárez y el de la Montaña Tlachinollan, Serapaz y Fundar –vinculada al neoconservador Sergio Aguayo– advierten al presidente Andrés Manuel que “Descalificaciones a asesores ponen en riesgo esclarecimiento del caso Iguala”. Y precisan sólo con el valor de su palabra: “No somos intermediarios ni administramos el dolor".
Excesos retóricos aparte, relacionados con el estilo personal de gobernar, López Obrador dio a conocer lo que aquí se denominó “la postura más a fondo del gobierno federal en torno al caso de Los 43 –pero que en rigor son 41, pues los restos de dos estudiantes fueron identificados tiempo ha– y los nuevos giros discursivos de Vidulfo Rosales y otros abogados, también de asesores que no dan la cara, sobre los avances en la investigación nueve años después de la conocida como Noche de Iguala, Guerrero, y que el protagónico e incluso exhibicionista litigante niega en los siguientes términos: ‘Tras casi dos horas y 45 minutos de intercambio, en entrevista al salir de la reunión, el abogado de las familias, Vidulfo Rosales, expresó que ‘fue peor (ésta), pues el informe presentado por (Alejandro) Encinas incorpora elementos nuevos más cercanos a la verdad histórica, criminaliza a los estudiantes al referir que había una infiltración y reduce los hechos a un tema meramente local, que la responsabilidad radica principalmente en Guerreros Unidos, dejando fuera la responsabilidad de las autoridades’” (La Jornada, 26-IX-23).
Por la reacción de los presuntos aludidos, aunque en las mañaneras a nadie se mencionó por su nombre y solitos “se ponen el saco”, todo lo reducen a victimizarse en lugar de aprovechar las opiniones para desplegar las propias y contribuir a que la información se ventile y el debate se abra paso. Las únicas víctimas son los estudiantes desparecidos e incluso los padres de familia.
Ahora dan la cara cuatro ONG, no los asesores que ejercen un papel destacado, para defender su papel como “acompañantes” y descalificar las opiniones de AMLO que pueden ser equivocadas, pero es preciso debatirlas, aportar más información, no sólo exigirla.
No es recomendable arrinconar un caro problema que tiene en el centro la localización de los desaparecidos. Tampoco privilegiar un pliego de peticiones que van de menos a más conforme avanzan las investigaciones, y siempre colocando al Ejército como institución en el banquillo de los acusados.
Los voceros expusieron que las familias mantienen la esperanza de acceder a la verdad con Obrador. “Nuestra obligación es acompañarlas hasta el final en ese digno empeño”. Y les molesta que México cuente con un presidente con aprobación sin precedente, pues “por el enorme peso de la palabra presidencial, las recientes expresiones disminuyen la posibilidad de que las instituciones terminen de abrir los diques de encubrimiento que hoy impiden dar por esclarecido el caso, y ésta es una triste realidad". Las fuerzas armadas tienen un respaldo ciudadano aún mayor.
El cuarteto puede acusar, como los intelectuales de la dictadura mediática, pero en Palacio Nacional no debe ejercerse el derecho de réplica. Sólo parecen demócratas. Juran y perjuran que los familiares "no son manipulados por nadie: conocen el caso de sus hijos y ejercen sus derechos con dignidad. Así se lo hicieron ver al propio presidente de la república en su último encuentro (hace dos semanas), al exigir respeto y demandar que no les insulte". Pero ningún padre de familia lo hizo público, ni siquiera los Rosales, Aguirre y Hernández que como asesores es pertinente auspicien que el vandalismo como “forma de lucha” no avance porque aísla a un movimiento legítimo y mal dirigido.
Acuse de recibo
Precisión de Teresa Gil sobre el comentario de Moisés Edwin Barreda: “Un principio de legalidad es la no trascendencia de la pena, mi estimado Eduardo. Y lo que se está haciendo con Omar García Harfuch es eso. Cargarle cosas ajenas. A él no le pueden cargar los errores de su padre y de su abuelo y de ahí se están agarrando. Yo creo que él fue buen funcionario y cumplió su cometido con la Jefatura. No lo imagino en el gobierno, porque creo que Hugo López-Gatell sería la persona indicada. Un científico en la Cdmx, con una científica en la Presidencia, sería lo ideal. Pero Harfuch que es joven tiene futuro, si sigue en la misma dirección”… Del portal Periodistas Unidos: “Jorge Meléndez (Preciado) ya está de regreso en casa y agradece todo su apoyo”. Un fuerte abrazo y el enlace al mensaje, https://twitter.com/