Es la infección de transmisión sexual más frecuente y se contagia muy fácilmente: se calcula que un 80% de las personas que tienen relaciones sexuales se infectan, y tanto hombres como mujeres. Por suerte, en más de un 90% de los casos el virus desaparece sin que ni siquiera nos demos cuenta, gracias a la acción de nuestras defensas. Pero si persiste, puede provocar lesiones y causar diversos tipos de cáncer.
Cada año se diagnostica cáncer de cuello de útero a más de 2.000 mujeres, y prácticamente todos los casos de cáncer de cuello de útero (el 99%) están vinculados a esta infección, que también puede ocasionar cáncer de boca o laringe y anal, de vulva o de pene.
La vacuna no evita el contagio, pero sí ayuda a prevenir el desarrollo de lesiones y de un cáncer, y también puede administrarse a jóvenes y adultos.
1. No bajes la guardia. Puedes ser portador /a o tener la infección sin saberlo. Como muchas infecciones de transmisión sexual, (ITS), el VPH a menudo no presenta síntomas. Así que puede ser que tu pareja sea portador y te contagie sin que sea consciente, y viceversa. Por ello es fundamental hacerse revisiones regulares y chequeos de control.
2. Cualquier práctica sexual puede favorecer el contagio. No es necesario la penetración para contagiarse. El VPH también se puede transmitir a través de relaciones sexuales orales u otro tipo de contacto directo con la zona genital o anal durante las actividades sexuales. Así que cualquier práctica sexual puede favorecer el contagio, y tanto entre parejas heterosexuales como homosexuales.
3. Recuerda que usar el preservativo y/u otros métodos de barrera reduce las posibilidades de contraer la infección, pero no ofrece una protección total, ya que el VPH puede transmitirse a través del contacto con otras zonas del área genital no cubiertas por el preservativo.
4. Fumar, tener diferentes parejas sexuales o iniciar las relaciones sexuales a una edad temprana son factores que aumentan el riesgo de infección. Por ello es aconsejable informar a las/os adolescentes.
5. No te olvides de las revisiones ginecológicas. A través de la citología que se realiza en las revisiones ginecológicas se pueden apreciar alteraciones en las células que pueden denotar la presencia del VPH o de lesiones. No existe ningún tratamiento para el VPH, pero las revisiones regulares permiten detectar estas lesiones u otras alteraciones de forma precoz. En el caso de infecciones leves, se siguen controles, y si hay lesiones también se pueden tratar. Asimismo, la presencia de verrugas genitales o en la cavidad bucal pueden ser un síntoma.
6. Recuerda que puedes vacunarte hasta los 45 años. La vacuna se compone de varias dosis y además de administrarse a las niñas en 6º de primaria a través del Plan de Vacunación Ministerial, y recomendarse a los chicos de entre 9 y 15 años, también se la pueden poner mujeres jóvenes y más mayores. Si quieres vacunarte o ampliar la información sobre este tema, consulta a tu ginecóloga/a.
7. Ante cualquier duda, acude siempre a un especialista. Si tienes verrugas en la zona genital o anal y/o has mantenido una relación de riesgo, pide hora de visita. En nuestro centro también puedes acudir de urgencia a las visitas que ofrecemos sin hora.