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Dan el último adiós a los sacerdotes Joaquín y Javier

por Redacción
27-06-2022

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En medio de un ambiente de tristeza, cantos, incertidumbre y un intenso operativo de seguridad, ayer llegaron los cuerpos de Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales al templo de la Misión de San Francisco Javier, donde hoy lunes serán despedidos en medio de una celebración religiosa, tras haber sido asesinados junto con un guía turístico, el pasado 20 de junio en este mismo lugar.

Al interior del recinto religioso fue donde, según se ha establecido, José Noriel P. G. alias “el Chueco” decidió asesinar a las tres personas, cuando sólo las paredes del templo, las imágenes de los santos y un tercer sacerdote que sobrevivió al ataque capturaron el momento en que disparó en contra de ellos.

Los cuerpos del padre “Gallo”, como llamaban en la comunidad a Javier Campos, y el padre “Morita”, a Joaquín Mora Salazar, fueron colocados en el centro del templo.

Los habitantes rarámuris realizaron una danza para purificar el templo, ya que así se debe realizar luego de que se cometiera un crimen así al interior de este espacio, explicó el padre Jorge Atilano González.

En medio de una danza y con incienso estuvieron limpiando el sitio, especialmente en las partes donde ambos padres y Pedro Palma y el guía de turismo cayeron sin vida por los disparos, detalló el clérigo que encabezó la purificación junto con ellos.

Sacerdotes, habitantes de la comunidad, jesuitas y medios de comunicación estuvieron presentes en la ceremonia religiosa, después de haber caminado por más de 20 kilómetros en una caravana que realizaron de Bahuichivo a la comunidad de Cerocahui.


Ni la lluvia los detuvo

El viaje que desde el sábado se realizó de la capital del estado hasta Creel para trasladar los restos de los jesuitas, después de celebrar una misa en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, fue para que ayer se oficiara una misa en el municipio de Bocoyna.

A temprana hora, las carrozas pasaron por algunas comunidades de Bocoyna rumbo al municipio de Urique y por donde transitaban, la gente había colocado globos y banderas blancas.

En el trayecto, varios pobladores fueron sumándose al cortejo en sus vehículos, otros lo hacían a pie hasta sumar alrededor de 200 personas que llegaron al poblado de Cerocahui, donde los recibió la lluvia.

Después de llevarse a cabo la purificación del templo Misión de San Francisco Javier, se realizó una misa y comenzaría una velación nocturna, tras lo cual hoy lunes sus restos serán depositados en el atrio de la iglesia a la que dedicaron décadas al servicio de esa comunidad que se encuentra en la parte baja de la Barranca de Urique en la Sierra Tarahumara.


Con información del Heraldo de Chihuahua.