
La autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE) es la prioridad a blindar ante una eventual reforma electoral. Así lo consideran quienes han estado al frente de este instituto y coinciden en que su independencia y el que se conforme por personas del servicio profesional sin lealtades externas, son el pilar fundamental de la democracia mexicana.
Lorenzo Córdova, Leonardo Valdés Zurita, Luis Carlos Ugalde y José Woldenberg expusieron los puntos que consideran, deben ser intocables en una reforma electoral, pues de lo contrario, implicaría un retroceso de décadas y pondría en riesgo los avances democráticos en el país.
Todos coincidieron en que la autonomía del INE y la designación de sus consejeras y consejeros de forma independiente, ayuda a que no se permitan injerencias, por lo que vulnerar este principio, llevaría a México a 1996, cuando era el poder en el gobierno el que controlaba las elecciones.