El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito “Aedes Aegyti”, de hábitos nocturnos. Éste mosquito se ha adaptado al hábitat humano estableciéndose cerca de viviendas donde existen condiciones deficientes de saneamiento y elementos que permiten contener agua (como maceteros, neumáticos en desuso, etc), donde construyen sus criaderos. Tanto el dengue, como el dengue grave; son causados por uno de cuatro serotipos de virus estrechamente relacionados, pero antigénicamente distintos (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4), del género Flavivirus. La infección por uno de estos serotipos crea inmunidad de por vida solamente contra ese serotipo, por lo cual las personas que viven en un área donde el dengue es endémico pueden contraer más de una infección por dengue en el transcurso de su vida. Las infecciones provocan un espectro de afecciones clínicas que van desde un síndrome vírico no específico hasta una enfermedad hemorrágica grave que incluso puede ser mortal. Entre los factores de riesgo más importantes del dengue se encuentran la cepa del virus que causa la infección, la edad y especialmente los antecedentes de dengue del paciente.
El dengue es la arbovirosis humana (enfermedad causada por virus transmitidos por artrópodos) más importante en el mundo, producida por un virus cuyo único reservorio es el hombre. En América la situación de la enfermedad se ha agravado en los últimos 20 años por el incremento considerable del número de casos, de países afectados y la mayor frecuencia de las manifestaciones graves del dengue. Se estima que actualmente entre 2.500 a 3 mil millones de personas viven en áreas de riesgo de transmisión del dengue, ocurriendo anualmente 50 millones de infecciones, incluyendo 500 mil casos de dengue hemorrágico y 21 mil muertes. Los cambios climáticos observados en los últimos años han impactado en la modificación de los nichos ecológicos en que se desarrollan muchas de las enfermedades infecciosas. Las enfermedades transmitidas por vectores y las zoonosis no son una excepción a ello, por lo que aumenta el riesgo de ocurrencia, reaparición o diseminación de algunas, como el dengue. Aunque es una enfermedad propia de áreas tropicales y subtropicales; desde 1999 en Chile el dengue es de vigilancia universal (caso a caso) cuando se incorporó al decreto de Enfermedades de Declaración Obligatoria.