EL ESCOLTA DE GOLDEN STATE WARRIORS, Stephen Curry, ahora es el tirador de triples más prolífico en la historia de la NBA. Después de anotar dos triples en el primer cuarto al visitar a los New York Knicks, había logrado 2,974 goles de campo de tres puntos, uno más que Ray Allen.

Parece que Curry estaba destinado a ser dueño de la corona de triples del básquetbol, pero mientras acaba de consolidar su estado como el mejor (el GOAT) tirador en la NBA, casi no lo fue.

La primera parte de su carrera profesional se vio plagada por varias lesiones severas de tobillo, pero Curry le da crédito a ese tiempo doloroso por motivarlo para alcanzar esta cima.

"Una de las narrativas es que casi descarriló mi carrera entera", Curry le dijo a ESPN, "pero también me dio los recursos que necesito para hacer que todo funcione".

Nueve años después de las pesadillas ortopédicas que lo marginaron múltiples veces durante sus primeros tres años en la liga, él aprecia cómo esa adversidad le retó a trabajar más duro y con más inteligencia.

"No hay mal que por bien no venga y así fue lo del tobillo", dice Curry. "Me dio un nuevo tipo de estrategia para el trabajo que hago, así que es bastante loco".

Si no fuese por su primera cirugía de tobillo y su proceso de rehabilitación en 2011, Curry probablemente nunca hubiese conocido al compañero de entrenamiento que le ayudó a llegar hasta aquí.

En el verano de 2011, mientras Curry se rehabilitaba en Architech Sports and Physical Therapy en Charlotte, Carolina del Norte, tuvo un encuentro fortuito con Brandon Payne, un entrenador local que trabajaba con otros jugadores de la NBA.

"Un día cualquiera estoy ahí, y B-Payne entra y está sentado al frente y dice, 'Tengo algunos ejercicios mientras te estás rehabilitando'", dice Curry. "'No tienes que estar de pie, puedo mantener tu manejo del balón nítido, podemos trabajar en tus cosas de coordinación óculo-manual y puedes quedarte sentado en tu silla todo el tiempo'".

Ninguno de ellos lo sabia en aquel momento, pero aquel encuentro de la sala de espera fue la chispa de una colaboración que impulsó una década de entrenamientos de temporada baja agresivamente innovadores que ayudaron a Curry a ascender a la cima de la montaña de triples de la NBA.

Encestar más triples que cualquier jugador en la historia de la NBA exige una combinación de destrezas de tiro, creatividad y durabilidad. Él tenía las primeras dos destrezas saliendo de Davidson en 2009, pero el joven escolta se seguía lesionando. En su segunda temporada con los Warriors, Curry sufrió repetidas lesiones de tobillo que llevaron a su primera cirugía. Después de trabajar con Payne durante su rehabilitación, Curry regresó para la temporada 2011-12 abreviada por el paro laboral, pero solo jugó 26 partidos antes de volver a lesionarse el tobillo, lo cual llevó a una segunda cirugía.

El verano de 2012 fue un momento de encrucijada para la selección de lotería con grandes sueños. En sus primeros años en la liga, Curro pasó tanto tiempo rehabilitándose como jugando básquet.

Payne recuerda que Curry le dijo, "Ni siquiera recuerdo cómo se siente jugar básquet sin rehabilitación".