Según documentos difundidos por el periódico inglés The Guardian, el Palacio de Buckingham
prohibió a los «inmigrantes de color o extranjeros» ocupar puestos de
oficina en sus instalaciones. La medida habría estado vigente hasta
finales de los años 60. La revelación llega un mes después de que
Meghan, la duquesa de Sussex, acusara de racismo a la casa real.