La aparición de la variante ómicron del coronavirus ha suscitado el temor de que la economía de Estados Unidos, la más grande a nivel mundial, sufra un doble golpe con la ralentización del crecimiento y una inflación más elevada, mientras las cadenas de suministro se tambalean, los gobiernos locales contemplan nuevas restricciones y los consumidores evalúan los riesgos para la salud de cualquier actividad, desde salir a cenar y viajar hasta volver al trabajo.
Los economistas ven hasta ahora sólo a medias el riesgo de “estanflación”, esa mezcla tóxica de crecimiento débil e inflación , tan temida por los responsables de la política monetaria.
Consideran que si bien los precios están subiendo en Estados Unidos, más que en otros lugares, y el ritmo ha resultado ser más persistente de lo que preveían los responsables de política monetaria, el crecimiento está lejos de estancarse y parece que continuará el próximo año a un ritmo superior que podría llevar a Estados Unidos al pleno empleo en cuestión de meses.
Algunos analistas han moderado sus previsiones de crecimiento del PIB estadunidense debido a la nueva variante. Pero esas revisiones han sido modestas, y los datos de alta frecuencia sobre los viajes en avión en Estados Unidos y otros indicadores como las visitas a restaurantes y el gasto con tarjetas de crédito no muestran hasta ahora ningún cambio evidente en las últimas semanas, una vez que se detectó la variante ómicron.
“No vamos a ver una estanflación. Vamos a ver un repunte inflacionario”, ya que el fuerte crecimiento continúa y el ritmo de aumento de los precios ya ha llevado a la Reserva Federal (Fed) a reorientar su política monetaria hacia la contención de la inflación, dijo Glenn Hubbard, presidente del Consejo de Asesores Económicos del ex presidente George Bush y actual profesor de economía de la Universidad de Columbia.
Una encuesta de Reuters entre economistas mostró una previsión en promedio de 3.9 por ciento de crecimiento para Estados Unidos en 2022, sin cambios desde noviembre y aproximadamente el doble de la tasa calculada por la Fed.
Los responsables de la política monetaria publicarán sus previsiones en la semana, en una reunión en la que se espera que se inicien los preparativos más urgentes para garantizar que la inflación se mantenga bajo control.