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Desde la Paroquia

por Mar Morales
24-02-2022

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No, no hay violencia política

Dicen por ahí que el que nunca tuvo y llega a tener, loco se quiere volver.

Así tenemos hoy a la señora Patricia Lobeira de Yunes, quien aunque en teoría siempre ha tenido todo, no es así, pues el “todo” no solo es lo material, no. 

Tenerlo todo implica tener autoestima, fuerza, bondad, libertad, carácter, estabilidad, dominio, ufff, la lista es enorme.

A Patricia Lobeira se le ha señalado de tener mal carácter y ser poco tolerante a la crítica, por ende, poco tolerante a la frustración.

Yo misma he podido comprobarlo.

Y el día de ayer, durante la sesión de Cabildo, explotó de una manera infantil contra la regidora Virginia Roldán, quien solo señaló, como es su derecho y sobre todo, como es su obligación, temas oscuros, cifras que no cuadran y otros puntos que de ninguna manera agradaron a la alcaldesa panista, quien al final de la sesión levantó la voz perdiendo el modo y las formas, atacando en forma directa a la regidora quien, insisto, solo cumplió con su deber.


“VÍCTIMA DE VIOLENCIA POLÍTICA EN RAZÓN DE GÉNERO”

Soy feminista de formación y por convicción.

Por supuesto que sé de sobra que en el país las mujeres, muchas de nosotras, hemos sufrido sin piedad violencia de género.

No hace mucho (y no está usted para saberlo pero yo sí para contarlo) recibí mensajes de un varón que, presa de un absurdo fanatismo religioso, me dijo que toda la “ira de dios caerá sobre mí” y me acusó de una sarta de tonterías que lejos de darme miedo, me causaron risa.

Como ese ejemplo tengo varios.

Cuando una ejerce una profesión que a muchos incomoda, como es mi caso, se topa con personas así y lo conducente es ignorar y dar la vuelta. 

Siempre con clase y siempre con la razón.

La señora Patricia Lobeira en forma repetida dice ser víctima de violencia política en razón de género y la repetición de dicha acusación, me parece más un simple intento de convencer y autoconvencerse de que ella es, por un lado la víctima y por otro, la que manda. Así de insegura se muestra, pues.

Ante esta extraña dualidad  considero necesario aclarar aquí lo que significa  estar siendo violentada por ser mujer en el ejercicio de un cargo público. 

“La violencia política contra las mujeres comprende todas aquellas acciones u omisiones de personas, servidoras o servidores públicos que se dirigen a una mujer por ser mujer (en razón de género), tienen un impacto diferenciado en ellas o les afectan desproporcionadamente, con el objeto o resultado de menoscabar o anular sus derechos político-electorales, incluyendo el ejercicio del cargo. 

La violencia política contra las mujeres puede incluir, entre otras, violencia física, psicológica, simbólica, sexual, patrimonial, económica o feminicida. (CNDH)”. (Observatorio C.Mujeres)

En los casi dos meses que tiene la señora Patricia al frente de la  presidencia municipal, no he visto ni por asomo que haya sido violentada, todo lo contrario, la veo siempre protegida, rodeada de mucha seguridad, al lado de personas que le dan su lugar como lo que es, una dama, ciudadana veracruzana, esposa y madre de familia, amén de ocupar un cargo público.

Pero las cosas en su justa dimensión.

Por pertenecer a la esfera política, por ser figura pública, y por ocupar un puesto dentro del ayuntamiento, debe mostrar humildad y tolerancia tanto con los ciudadanos como con los servidores públicos.

En palabras de a centavo: no debe hacer berrinches y mucho menos atacar valiéndose de su cargo para minimizar las palabras de una regidora que solo hizo público lo que todos sabemos: las cosas en el puerto no están bien.

El colmo fue cuando elevando la voz le dijo a la señora Virginia que pagara su predial….

Quisiera aprovechar este espacio para sugerir a doña Paty se asesore bien, tiene los recursos para hacerlo, claro que sí,

No por ser mujer nos atacan, no por ser mujer nos ven incapacitadas para sobresalir en un cargo. Pero hechos son amores, dicen.

Y la señora Lobeira, valiéndose de ese cargo ofendió, ella sí, a la regidora, le dijo en público que era incapaz y remató queriéndola hacer pasar como morosa en el pago del predial.

Ella sí violentó a una mujer. ¿Acaso eso no cuenta?

Si siguen ocurriendo estos desencuentros en las reuniones de cabildo, donde se supone se deben resolver temas que a todos los que vivimos en Veracruz nos afectan, el paso de la esposa de Miguel Ángel Yunes será poco más que un desastre y la perorata que “por ser mujer “ no la dejaron trabajar valdrá de poco porque necesitamos soluciones, no arranques infantiles que a la larga solo cavarán su propia tumba política y se tirará al suelo a decir que la culpa es de otros.

¿O esa será la estrategia? ¿No hacer nada para luego culpar a la prole de sus calamidades? 


POR CIERTO….

 ¿Cuántas veces cayó en un bache hoy? ¿Cómo le fue con los parquímetros en la ciudad? ¿Le sale agua apestosa de la llave en su casa? ¿Salió vivo, de milagro, al toparse con un asalto o una balacera?

Si contestó afirmativamente  alguna pregunta de las anteriores estará de acuerdo conmigo que tenemos mejores cosas que atender que andarse quejando de violencia donde no la hay.

Las mujeres jarochas (todas las mexicanas, me atrevo a decir) sacamos la casta cuando se debe, demostramos que somos fuertes cuando se debe, y que somos capaces de ocupar la tarea que se nos encomienda, sea la que sea.

Sugiero que se aproveche esta oportunidad histórica y se deje de lado el discurso de la violencia para hacer las cosas bien.

Los pretextos son el arma que usan los incompetentes.

Que me desmientan, si no es el caso.