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Diferencia entre ansiedad y depresión

por Redacción
25-02-2022

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Se sabe que la depresión y la ansiedad son los trastornos psiquiátricos más prevalentes en la población general. Se calcula que más del 20% de esta sufrirá alguno de ellos en algún momento de su vida. Además, hay que tener en cuenta que un 30% de los pacientes que inicialmente presentan ansiedad desarrollan una depresión secundaria, que en muchas ocasiones se diagnostica al mismo tiempo.

Habitualmente, se considera que la depresión y la ansiedad son entidades clínicas independientes, aunque suele ser raro encontrarlas en estado puro, ya que lo más frecuente es que aparezcan de manera conjunta, en mayor o menor medida, en un mismo paciente. Según las encuestas norteamericanas, la comorbili- dad llega a alcanzar una prevalencia del 60% y uno de cada cuatro pacientes que tienen un diagnóstico de ansiedad generalizada tiene diagnosticado un trastorno depresivo de forma comórbida. Por ello, la coexistencia de la depresión y la ansiedad es ahora entendida más como la norma que como la excepción.

Este elevado solapamiento entre los síntomas de ansiedad y depresión ha generado desde hace más de 20 años cambios en las clasificaciones internacionales y modificaciones en la conceptualización del trastorno de ansiedad generalizada y del trastorno depresivo mayor. Se ha reconocido que están relacionados entre sí, es decir, se pueden considerar como dos estados de un mismo trastorno.

En estudios norteamericanos, NCS (National Comorbility Study) y ECA (Epide- miologic Catchment Area), se ponían de manifiesto cifras altas de comorbilidad. Un 49-50% de pacientes con trastorno de ansiedad presentan una depresión. Siendo esta la comorbilidad más alta en Psiquiatría. Estudios sugieren que el 25% de los pacientes depresivos, tienen antecedentes de trastorno de angustia durante algún periodo de su vida, y además, sugieren que entre el 40 y el 80% de los pacientes con este trastorno han experimentado un episodio depresivo mayor. En general, se acepta que en un tercio de los pacientes el trastorno de angustia es anterior a la depresión, en otro tercio la depresión antecede al trastorno de angustia y en el tercio restante ocurren simultáneamente.

Los pacientes que presentan comorbilidad entre trastorno depresivo y angustia presentan síntomas más intensos y frecuentes que los pacientes con trastorno aislado. Además, las formas comórbidas son de peor pronóstico. Se sabe que no solo se incrementa la posibilidad de aparición de un episodio depresivo mayor, sino que además, presentan mayor gravedad y duración de la sintomatología, peor respuesta al tratamiento y persistencia sintomática y una mayor tendencia a la cronicidad del trastorno afectivo. Además, tienen un mayor aislamiento social, una disminución del rendimiento laboral y una mayor utilización de recursos sanitarios con un mayor número de hospitalizaciones. En general, presentan una mayor tasa de la mortalidad en relación con enfermedades vasculares, mayor tasa de suicidios, mayor deterioro funcional, y una mayor incidencia de alcoholismo y abuso de otras substancias. Las crisis de angustia serán el principal predictor de suicidio consumado en el primer año de seguimiento.