La economía de México está visiblemente estancada y tenemos al menos dos décadas con un problema de falta de crecimiento. Esa tendría que ser la discusión ahora más allá de ponerle la etiqueta de recesión, afirmó el subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath.

La última vez que la economía registró una expansión superior a 5% durante un par de años, fue a finales de los 90. Desde entonces, no se ha conseguido un desempeño cercano y mucho menos sostenido. Entre 1996 y 1997, el PIB mexicano consiguió una expansión de 6.7 y 6.8%, respectivamente, de acuerdo con información del Banco Mundial.

Entrevistado por El Economista, dijo que aún faltan elementos para identificar plenamente si la economía se encuentra en una ligera recesión o en un estancamiento. Tomó por ejemplo la estimación preliminar del PIB para explicar que la caída de 0.1% en el PIB del último trimestre del 2021 estuvo guiada desde julio por las actividades terciarias.

La contracción de las actividades ligadas a la subcontratación de servicios, que han registrado caídas hasta de 30% desde agosto, están parcialmente impactadas por la entrada en vigor de la Reforma Laboral, evidenció.

De manera absolutamente intuitiva, podemos suponer que sin la Reforma Laboral, la caída que se presentó en las actividades de servicios ligadas al outsourcing no se habría completado.

Enfatizó que “de ninguna manera se puede decir que tenemos una caída generalizada en todos los sectores, como la que correspondería a la definición clásica de una recesión, pues ni siquiera dentro del sector terciario hay una caída difundida entre las 15 actividades que lo integran. Ahí está el caso del comercio, que también forma parte de este segmento y se ha mantenido con desempeño positivo”.

De acuerdo con el subgobernador, una recesión clásica, como la definida por el National Bureau of Economic Research, tiene que cumplir con al menos tres criterios: duración, profundidad y dispersión. La economía mexicana, parece que ha cumplido con uno solo de ellos, que es el de duración.

Consideró que, estadísticamente hablando, es muy difícil afirmar que una tasa negativa en 0.1% es significativamente diferente a cero. Entonces no se cumple con el segundo criterio de una recesión clásica, pues no tenemos una caída contundente, “ni abismal”, como en cambio sí se presentó en el segundo trimestre del 2020, durante la llamada “recesión pandémica”.

Inflación con economía estancada

Heath descartó catalogar como estanflación al periodo que se está presentando en México, donde “la inflación se ha vuelto un problema serio”, tras llegar a niveles de 7%, no vistos en 20 años, en un contexto de estancamiento.

Cuando una economía no crece o se cae, suelen bajar las presiones sobre la inflación. Pero si la economía se estanca o decrece y aún así se presenta la inflación, estamos frente a un fenómeno más bien raro, que tampoco puede catalogarse como crisis.