La temporada navideña aumenta el riesgo de padecer depresión invernal, pero el aislamiento social y la incertidumbre frente a la pandemia por COVID-19 podrían elevar el porcentaje de personas afectadas por esta condición que se presenta en estas épocas del año.
“Este va a ser un año muchísimo más complicado, ya que lo que está ocurriendo con la pandemia ha hecho que la gente se ponga ansiosa y el aislamiento social tendrá varios estragos en la gente”, expresó en entrevista con Efe el psiquiatra David Szydlo Kon.
El experto en trastornos alimenticios, depresión y adicciones, explicó que la depresión invernal, también conocida como Desorden Afectivo Estacional, afecta entre el 4 y el 8 por ciento de la población mundial cada año.
Sin embargo, para este 2020, un 17 por ciento de los habitantes del mundo podrían verse afectados y, en algunos países europeos, las cifras ascenderían hasta el 30 por ciento.
Este padecimiento, detalló el experto, se caracteriza por la falta de producción de serotonina, produce sentimientos depresivos, baja energía, cansancio, tristeza, aumento del apetito, irritabilidad, mal humor y dificultad para concentrarse.
Esta condición, que se diagnostica luego de pasar dos años seguidos con periodos depresivos en estas fechas, puede afectar a todos los grupos de edad, sin embargo, se presenta más a menudo en mujeres que en hombres.
Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de cada 100 mexicanos, 15 sufren depresión y la cifra podría aumentar por COVID-19.
“Muchas personas verán más agudizada su depresión que ya tenían antes de la pandemia y quienes ya tenían problemas de salud mental previos lo van a resentir mucho más”, auguró Szydlo Kon.
La limitada interacción social, la ausencia de rutinas diarias, la pérdida de trabajo, el estrés, la situación política que se vive en el país y la falta de encuentros con los seres queridos “ha predispuesto a la gente a la ansiedad y la depresión”, dijo el experto.
Tan solo en México, más de 113 mil personas han muerto debido al coronavirus y esto, aseveró el especialista, hará que en muchas familias falten integrantes, lo que deja un sentimiento de vacío.
La maestra Doris Soberanis, psicóloga terapeuta familiar y de pareja de la Universidad del Valle de México, dijo a Efe que el factor económico agudizará todavía más la depresión en las personas.
“Culturalmente suelen ser festividades que se celebran en compañía de grandes familias, provocando innumerables gastos”, indicó.
Pero para muchos, el desempleo que ha generado la pandemia no permitirá que se abunde en el consumo.
Y advirtió también que la carencia económica, el temor a ser contagiados, la incertidumbre sobre el empleo y el sustento de necesidades primarias son factores que incrementarán además el estrés individual y familiar.
Si bien la depresión es una enfermedad que debe ser tratada por especialistas, el doctor Szydlo Kon aseguró que es posible realizar algunas acciones desde casa.
Entre ellas, están mantener contacto con los seres queridos, implementar rutinas personales, no escuchar en exceso noticias, hacer algo que se disfrute, realizar ejercicio y buscar momentos de relajación.
Pidió estar al tanto de los seres queridos, especialmente de los niños y las personas mayores, a quienes “hay que vigilar, observar, aunque sea por una pantalla. Hacer caso si se sienten mal, tristes, siempre es buen momento para ayudarlos”, remarcó.
Concluyó que es importante acudir a un especialista ya que la depresión invernal es una enfermedad que puede tratarse. “Es posible pasar estas fechas bien y sobre todo, ver que hay luz al final del túnel”, sentenció.