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El equipo del Ejército arrasa

por Redacción
09-06-2022

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Sobre la calzada México-Tacuba se yergue un imponente edificio de estilo francés. Es el antiguo Colegio Militar, construido por orden de Porfirio Díaz en 1910 en un barrio con orígenes prehispánicos llamado Popotla. Allí, entre soldados que salen de sus dormitorios y viejos cañones de artillería que vigilan el perímetro, puede escucharse el sonido de un tren que acompaña los partidos de futbol del equipo femenil del Ejército Mexicano.

Un plantel poderoso en busca del pentacampeonato, que no está en la Liga Mx tan sólo porque nada tiene que ver con los 18 clubes de Primera División afiliados a la Federación Mexicana de Futbol (FMF); sin embargo, es requerido en su pretemporada. Acuden con la certeza de que se toparán con un adversario duro, de esos que saben defender la camiseta hasta límites insospechados.

Desde su integración, hace cuatro años, algunas ex futbolistas de la Liga Mx recalaron en sus filas y ganaron un rango castrense. A su vez, el equipo militar prestó para el Clausura 2022 a dos jugadoras, una a Pumas y otra al León, y comprobó que tiene nivel para darles batalla, como sucedió contra Cruz Azul (0-0) y Puebla (1-1) luego de su tropiezo con las universitarias (3-2).


Camino desde cero

“No ha sido fácil”, reconoce Carlos Gallegos, director técnico por las mañanas y profesor de licenciatura y maestría por las tardes; “me tocó formar a este equipo cuando no había nada. Empecé con puras soldados, pasamos de ganar en torneos intercampus hasta conformar la selección femenil del Ejército”, jugando –hasta el presente– todos los partidos en condición de local en el antiguo Colegio por cuestiones de seguridad.

Los sábados cobran un valor inestimable, porque son los días en que las jugadoras se encargan de cargar y armar las porterías, colocar las pesadas bancas a un costado de la cancha antes de hacer team back y lanzar a todo pulmón lo que llaman “el exhorto”: ¡Con entrega y sacrifico en la cancha jugaremos. Doblegando al enemigo, siempre unidas venceremos! Un, dos, tres: ¡Ejército Mexicano!… Y luego, a gritar sus goles.

Entre ellas hay soldados, cabos, policías militares y una teniente enfermera que porta el gafete de capitán. Las une la pasión por el futbol. Acarician sueños, algunas de llegar o retornar a la Liga Mx, otras de tener una carrera universitaria y construir un mejor futuro para sus familias, explican.

A diferencia de lo que ocurre en la Liga Mx Femenil, las militares no se preocupan por sueldos, rentas de vivienda o el uso de instalaciones deportivas para desarrollar sus actividades. Su principal tarea es concentrarse en dar el máximo es-fuerzo en cada partido.