
José Luis Camacho Acevedo
Cuando uno ve las prerrogativas que el INE asigna a las organizaciones políticas con registro nacional, se explica fácilmente el porqué existen tantas solicitudes de personas o colectivos de la más diversa índole, que aspiran a convertirse en un partido político con registro.
Unos partidos con militancia fantasma como el PT o el Verde, reciben al año entre 720 millones de pesos y 893 respectivamente.
O sea que con poco más del 2% de la votación mantuvieron su registro y con los votos que lograron en los comicios del 2025, el INE tuvo que hacer los ajustes necesarios y les tendrá que dar a Alberto Anaya del PT y al representante del Niño Verde unas cantidades de dinero que rondan por los mil millones de pesos.
Faltan medicamentos en los hospitales públicos; las escuelas están en condiciones deplorables, y el país financiando a esta bola de voluntaristas políticos que no son más que ambiciosos y aventureros.
Al medir la penetración social de esas organizaciones que están inscritas en la lista de aspirantes a convertirse en partidos políticos nacionales con registro, la verdad que, en una apreciación por demás superficial que sea, nos encontramos con un resultado absolutamente negativo.
Animal Político se pregunta:
¿México necesita tantos partidos políticos?
En la lista de 81 destacan las organizaciones dirigidas por exdirigentes de partidos políticos extintos, o exmilitantes de partidos vigentes.
El experredista Guadalupe Acosta Naranjo encabeza Somos México, organización emanada del Frente Cívico Nacional que en 2024 respaldó la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez.
El morenista Miguel Moreno Brizuela busca el registro para el partido Frente por la Cuarta República; mientras que el morenista Édgar Francisco Garza pretende crear el partido Que siga la democracia, organización que antes fue creada y dirigida por su esposa Gabriela Jiménez, actual diputada y vicecoordinadora de Morena.
También hay expriistas buscando crear nuevos partidos: el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, busca crear México Nuevo Paz y Futuro, y el exdirigente chiapaneco César Augusto Santiago registró la Fundación Alternativa Popular.
Los grupos evangélicos que ya en 2014 obtuvieron el registro para el Partido Encuentro Social y en 2021 para Partido Encuentro Solidario (ambos extintos), ahora quieren crear Construyendo Solidaridad y Paz.
Fernando González Sánchez, yerno de la maestra Elba Esther Gordillo (quien tuvo el registro del Partido Nueva Alianza durante más de diez años, hasta su extinción en 2018) dirige el proto partido MURO (Movimiento Único de Renovación Opositora), creado a partir del extinto Redes Sociales Progresistas.
El actor Eduardo Verástegui, exaspirante a una candidatura presidencial independiente en 2024, busca el registro para su organización de ultraderecha conocida como Movimiento Viva México.Ambientalistas, liberales, federalistas, colosistas…
Y ahora resulta que hasta la disidencia magisterial. Representada por la Coordinadora que tiene tomado el Zócalo y algunos colectivos buscadores de desaparecidos en México, también están buscando crear su propio partido toda vez que ello les podría representar más fuerza social y, OBVIO, un ingreso económico nada despreciable.
Pues como dicen en el rancho: “Ya éramos muchos y parió la abuela.