Claudia Sheinbaum tiene luces y sombras en su gestión. Contra los que señalan que su
gobierno es una mimetización del estilo del presidente Andrés Manuel López Obrador hay
que matizarlo, porque cuando menos están en marcha tres políticas públicas que la
diferencian:
a) La de seguridad pública, la más publicitada porque es la que más resultados ha
dado teniendo al frente un equipo experimentado de policías de inteligencia,
formados por años tanto en las Fuerzas Armadas como en la extinta policía federal,
como lo es su titula Omar García Harfuc, cuya labor exitosa sigue pesándole a los
duros de su partido y equipo de trabajo;
b) La política de salud pública, que ha ido incorporando la participación ciudadana
para atenuar las históricas deficiencias hospitalarias y, sobre todo, que durante la
pandemia de la Covid-19 supo distanciarse de la controvertida y cuestionada
posición de Hugo López Gatell y aplicó exitosamente las vacunas en un modelo que
fue replicado en varias partes del país;
c) Y claro, la política de movilidad, en la cual el sistema de transporte colectivo Metro
se preparaba para una serie de anuncios estelares para el 2023: la reapertura del
túnel de Mixcoac a Atlalilco de la Línea 12; la anticipaba reapertura y
relanzamiento de la Línea 1 de Pantitlán a Balderas para marzo y el arranque de la
nueva fase que conectará la estación Observatorio con el Tren México-Toluca; la
adquisición a China de sus sofisticados ferrocarriles para la línea 3 y el inicio de las
acciones de mantenimiento en el primer semestre. Después de la gran crisis de la
caída de la Línea 12 en Tláhuac, también se anunciarían avances y expectativas de
reapertura para este mismo año.
El Metro, los nuevos trolebuses chinos y los cablebuses serían las estrellas de del gobierno
de Claudia Sheinbaum para el 2023. Lo supieron todos en su gabinete y sus operadores
políticos. Este año y el 2024 sería de reconstrucción, inauguraciones
¿Entonces qué pasó? ¿Cómo pudo ocurrir un nuevo percance y otros incidentes más en el
arranque de año? ¿Por qué en sábado y por qué otra vez cuando saben que estaría lejos
para atender una emergencia?
Claudia sale y hay problemas. Algunas veces uso excesivo de fuerza pública contra
migrantes, indígenas triquis, colonos de Xochimilco o manifestantes feministas. En otras,
escalada de protestas en varios puntos de la ciudad, alguna situación de seguridad pública
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o protección civil como la ocurrida ahora en la Línea 3 o simplemente una declaración
desafortunada, provocadora o desinformativa.
Nada es casualidad, pero quizá estos hechos no se registrarían sin complicidades internas,
en el primer círculo de colaboradores que por anteponer su agenda personal crean fuegos
y aparecen como bomberos. Funcionarios encargados de calentar la agenda política y
social sin importar el colapso que llegan a provocar y el daño a la imagen de la jefa de
Gobierno. Por supuesto, cuando estas aguas corren desbordadas terminan en los molinos
de los adversarios de Claudia. En la guerra, la política y el amor, las casualidades no
existen, dicen por ahí.
Un ex funcionario de Coyoacán recordaba que, en julio de 2001, cuando el Tren Ligero
chocó contra tres microbuses y un particular provocando la muerte dos personas, el
entonces jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador estalló en cólera porque no
estaba la jefa delegacional, María Rojo: “¿Dónde está María? María debe estar aquí
personalmente atendiendo el problema”.
El sábado 7 de enero, Claudia Sheinbaum sabía de esta anécdota y tuvo que regresar a
como diera lugar para estar al frente. Fueron casi 30 horas aproximadamente en que 21
de los 30 Treding Topics de las redes sociodigitales eran muy negativos a la situación de la
Línea 3 del Metro, la ausencia y retorno de Claudia Sheinbaum. El saldo de imagen pública
(e-Reputation) fue negativo, según la consultora MW GROUP: 86 por ciento reprobando a
la jefa de Gobierno y apenas un 14 por ciento la respaldó. Este 17 de enero, El Financiero
reporta una caída de 46 a 41 por ciento de las preferencias y el Power Ranking del portal
Político.Mx registra por primera vez a Marcelo Ebrard por encima de Claudia.
El Sistema de Transporte Colectivo Metro está sufriendo una embestida como nunca y
escaló de ser un asunto protección civil y técnico, a problema de comunicación y de
carácter político.
Las reacciones del gobierno de la ciudad al nuevo evento ocurrido el sábado 7 de enero en
la Línea 3 indican otra situación delicada: falta de un gabinete de crisis y ausencia de un
elemental análisis de causa/raíz, que es un método interrogativo que se pregunta por qué
se produjo cada evento que precedió al daño hasta encontrar el origen, definir
correctamente el problema, contener el daño y corregir para que no vuelva a ocurrir.
Una crisis sin contención de daños y en la cual destacan más las ocurrencias para atizar
más el fuego en lugar a apagarlo. Sin estrategia no hay táctica y las consecuencias siguen
su curso. Dos ejemplos claros:
El presupuesto. En este asunto, alguien miente: las cifras oficiales o la justificación. La
versión oficial apunta que el presupuesto del metro aumentó de 2021 a 2023 de 15 mil
684.2 millones de pesos a 19 mil 685.7 millones de pesos; destacando una inversión
pública en la Línea 1, en restructuración, de 37,300 millones de pesos; 4,500 millones de
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pesos en energía eléctrica para la mejora de abasto; 320 millones en un nuevo PCC o
cerebro del sistema. Sin embargo, la cuenta de @Juan_OrtizMx, especializado en asuntos
parlamentarios, ha sido puntual para ir desmenuzando el tema presupuestal; y por su
lado, el organismo especializado en análisis de políticas públicas aplicadas, “México
Evalúa”, en un análisis de Mariana Campos y Jorge Cano, al tercer trimestre de 2022
registra un subejercicio en el gasto total del Sistema de Transporte Colectivo Metro: “(El
gasto total fue) de 10,455 millones de pesos (mdp), una caída de 13% (1,589 mdp) frente
al mismo periodo de 2021. En 2021, el gasto había experimentado un impulso (luego de la
caída de la Línea 12), pero en 2022 se volvió a caer. Además, lo gastado en 2022 al 3T fue
inferior en 1% (57 mdp) al gasto al 3T de 2017. Es decir: hay un estancamiento
presupuestal que no se ha superado”.
“Finalmente, las transferencias etiquetadas de la Federación fueron de 72 mdp: un mejor
que los cero pesos otorgados en 2021, pero 86% inferiores al récord alcanzado al 3T de
2019, con 528 mdp. El Gobierno federal sigue sin dar un apoyo sustancial y decisivo para
el Metro”, señala México Evalúa.
Segundo punto y más delicado: la seguridad. Emplear a más de 60 mil elementos la
Guardia Nacional para contener el “sabotaje” es una señal de alto riesgo, porque detrás
de esta palabra se estaría en la antesala de acusar de terrorismo (atentado contra civiles
por fines políticos, religiosos o ideológicos) o hacer el ridículo como son las detenciones y
consignaciones de una señora que “tiró” aspas de plástico y jóvenes a los que se les cayó
celular a las vías. Bajo este pretexto se raya en autoritarismo porque cualquier ciudadano
puede ser detenido y pasar un vía crucis en alguna de las corruptas agencias del ministerio
público de la CDMX.
Por lo pronto, además de las protestas en varias estaciones, colectivos feministas y
organizaciones sociales convocan a una marcha el próximo viernes 20 de enero del Ángel
al Zócalo por más presupuesto para el Metro y sacar a la Guardia Nacional.
Me parece que, como sugerimos en la crisis de la caída de la Línea 12, debe haber
auténtico acompañamiento ciudadano, de colegios de profesionistas, de peritos
independientes, de comunicadores no afines a un partido político, en fin, ciudadanos que
conozcan situación técnica y financiera del principal medio de transporte de millones de
personas. La jefa de Gobierno está a tiempo de ajustar el manejo de su crisis, dejarse
asesorar por profesionales y, sin duda, deshacerse de quienes han sembrado bombitas de
tiempo en sus cargos públicos y que, como ocurrió ya, han abierto las puertas para que las
oposiciones avancen, a pesar de que éstas no hacen mucho para ganar la CDMX en el
2024.
CORCHOLATERO. EBRARD NO FUE LA ESTRELLA DE LA PELÍCULA DE LA
CUMBRE. Si creíamos que Marcelo Ebrad se iba suelto como protagónico de la pasada
cumbre trilateral México-EEUU-Canadá, nos equivocamos porque desde Palacio Nacional
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se contuvo y hasta mandaron señales negativas para el Canciller: la estrella fue la esposa
del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller y AMLO echó brazo, abrazo y apapacho a la jefa
de Gobierno.
¿Y SI EL PRI SALE RESPONDÓN? Mucha inquietud despierta entre los morenistas y
panistas que Delfina Gómez no se despegue contundentemente de Alejandra del Moral
cuando falta aún un tramo largo de la campaña por la gubernatura del EDOMEX. Y menos
inquietud y más digerida parece ser la eventual victoria del PRIANRD en Coahuila, donde
los partidos aliados de la 4T se están yendo por su lado y mandando señales negativas de
indisciplina al presidente y líder moral de Morena.
Contacto: feleon_2000@yahoo.com