Turquía se enfrenta al «moco marino» que desde hace una semana infesta el mar de Mármara y ya se ha estirado hasta el Mar Negro. Una enorme masa blanquecina, densa y gelatinosa flota sobre las aguas que bañan ciudades como Estambul y los expertos alertan de los peligros de este fenómeno cuyo nombre científico es «mucílago marino», destruye flora y fauna, obliga al cierre de playas y dificulta la navegación y pesca porque obstruye motores y redes. El presidente, Recep Tayyip Erdogan, prometió «soluciones urgentes» y sus palabras fueron órdenes para un gobierno que ha anunciado un plan de 22 puntos para intentar limpiar el que ya se considera «el mayor brote de la historia» de moco marino, según medios como la cadena BBC.
El ministro de Medio Ambiente, Murat Kurum, se marca un plazo de tres años para evitar que un desastre así vuelva a suceder y ha desplegados a 300 personas para analizar las fuentes de la contaminación.
Este fenómeno se detectó por primera vez aguas turcas en 2007, pero los expertos aseguran que cada vez está más extendido en el Mediterráneo y que incluso ha llegado al Mar del Norte y Australia, según una investigación de un equipo de biólogos de la Universidad Politécnica de Marche y de la Universidad de Trieste que piensan que «una de las razones puede ser el aumento de la temperatura de la superficie del mar».
«La contaminación del agua es una de las claves, sobre todo por el excesivo uso de nitrógeno y fósforo que se emplea para la producción de te y avellanas», destacó Mehmet Aydın, profesor de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Ordu en declaraciones a la agencia local DHA. Los planes de choque presentados por el ministerio de Medio Ambiente fueron bien recibidos por los expertos, pero el presidente de la Cámara de Ingenieros Ambientales (ÇMO), Ahmet Dursun Kahraman, subrayó en la cadena BBC que «el problema no está en hacer planes, el problema es implementarlos.