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El Papa en Qaraqosh: "Dios tiene la última palabra, no el terrorismo y la muerte"

por Redaccion CE
08-03-2021

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En la tercera jornada de su viaje apostólico a Iraq, tras haber rezado en la ciudad de Mosul por las víctimas de la guerra, el Papa Francisco visitó a la comunidad cristiana de Qaraqosh y rezó con ellos la oración mariana del Ángelus en la Iglesia de la Inmaculada Concepción.

Después de agradecer al Patriarca Ignace Youssif Younan por su saludo de bienvenida, así como a la señora Doha Sabah Abdallah y al padre Ammar Yako por compartir sus testimonios de fe en medio de un duro escenario de violencia; el Papa expresó su gratitud a Dios por haberle permitido vivir este encuentro:

"Mirándolos, veo la diversidad cultural y religiosa de la gente de Qaraqosh, y esto muestra parte de la belleza que vuestra región ofrece al futuro. Vuestra presencia aquí recuerda que la belleza no es monocromática, sino que resplandece por la variedad y las diferencias", dijo Francisco recordando también, "con mucha tristeza" los otros signos que se perciben en esta ciudad cristiana iraquí:

Los signos del poder destructivo de la violencia, del odio y de la guerra. Cuántas cosas han sido destruidas. Y cuánto debe ser reconstruido. Nuestro encuentro demuestra que el terrorismo y la muerte nunca tienen la última palabra. La última palabra pertenece a Dios y a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte.

En este sentido, el Santo Padre subrayó que incluso ante la devastación que causa el terrorismo y la guerra, se puede ver "con los ojos de la fe", el "triunfo de la vida sobre la muerte" y prueba de ello -continuó Francisco- "es el ejemplo de sus padres y de sus madres en la fe que adoraron y alabaron a Dios en este lugar".De ahí que el Papa invitara a esta comunidad cristiana a perseverar "con firme esperanza en su camino terreno, confiando en Dios que nunca defrauda y que siempre nos sostiene con su gracia". 

 La reconstrucción de la que habla el Pontífice, no solo se refiere a los edificios y estructuras físicas, sino que se trata también de reconstruir "los vínculos que unen comunidades y familias, jóvenes y ancianos".


En alusión a las palabras del profeta que dice «Sus hijos e hijas profetizarán; sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes, visiones» (cf. Jl 3,1), el Obispo de Roma señaló que cuando los ancianos y los jóvenes de un pueblo "se encuentran", los primeros "sueñan un futuro para los jóvenes"; y los segundos, "pueden recoger estos sueños y profetizar", es decir, llevarlos a cabo.


Antes de despedirse, el Papa agradeció de corazón a todas las madres y las mujeres de este país, "mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos y las heridas" y pidió que las mujeres "sean respetadas y defendidas, que se les brinden cuidados y oportunidades".


La visita finalizó con el rezo del Ángelus: "Recemos juntos a nuestra Madre, invocando su intercesión por vuestras necesidades y vuestros proyectos. Los pongo a todos bajo su protección. Y les pido, por favor, que no se olviden de rezar por mí", concluyó Francisco, quien acto seguido procedió a la firma del Libro de Honor de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, escribiendo estas palabras: “Desde esta iglesia destruida y reconstruida, símbolo de la esperanza de Qaraqosh y de todo Irak, pido a Dios, por intercesión de la Virgen María, el don de la paz”


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