logo
header-add

El regreso a #clasespresenciales post covid

por Felipe León López
25-05-2021

Comparte en


 

Felipe León López

 

A 15 días de las elecciones, la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum anunció que, a partir del 7 de junio, los estudiantes de la CDMX podrán regresar voluntaria y escalonadamente a las clases presenciales. Un anuncio que se complementa con el anticipo de que podríamos regresar al “semáforo verde” y con ello tener libres prácticamente la reactivación económica y la movilidad social. Cuidado, porque si detrás de estos entusiastas anuncios hay más fines político-electorales que una responsabilidad ética de salud pública, estamos ante un riesgo que innecesariamente debemos correr, además de que la SEP brilla por su ausencia con un plan integral de retorno a clases.

 

Si la intención es que, previo a las elecciones, nos olvidemos la crisis económica y el pésimo manejo de la crisis por la Línea 12, están en la ruta equivocada, porque tarde o temprano esta improvisación se les sale de control, pues el ritmo de vacunación no daría para estar en condiciones de un regreso a clases sin riesgos, cuando podría esperarse a concluir el actual ciclo y comenzar de cero.

 

Nuestro país tiene una población de 127 millones de habitantes. De éstos, se han vacunado a la fecha 23 millones. La Secretaría de Relaciones Exteriores anuncia que se han comprometido 38 millones de dosis para julio del año en curso, con lo que se llegaría a 61 millones de mexicanos vacunados. Una aceleración que cubriría el 50% del total nacional, si todo está en el margen de tiempo anunciado.

 

Sin embargo, hay puntos pendientes que cubrir, como es la población rezagada y quienes no quieren vacunarse, por lo que no será fácil concluir la etapa 2 de la vacunación (de 50 años y más) en junio. Y aunque inicie la etapa 3 entre junio y julio (para personas de 40 años y más) ésta podría retrasarse a septiembre u octubre, si se mantiene el rezago y si no llegan las dosis en tiempo y forma.

 

La gama más amplia de población estudiantil del país se encuentra en la etapa 4 y 5 (30 años y más y de 20 a 19), tienen programados vacunarse de julio a septiembre, apenas a tiempo de que inicia la temporada de enfermedades respiratorias. Y los de menor de edad, que son los niños, están en la cola, y son los que estarían por retornar a las clases presenciales a pesar de que la SEP no ha diseñado un plan integral de sanidad para su retorno y tampoco se espera que sea este año en su totalidad.

 

Por supuesto, el anuncio está tomándose con reservas por la mayoría de los padres de familia a pesar de que a sus hijos ya les entusiasma la idea de volver a clases y retomar la socialización necesaria que perdieron el año pasado.

 

La jefa de Gobierno, por lo pronto, llamó a un “tequio” a los padres de familia para que acudan a las escuelas a desinfectar salones y equipamiento para el regreso a clases, sin un orden ni una descripción de cómo sería y qué deberían aportar los de por sí gastados ingresos familiares. ¿Y ya hay capacitación para atención sanitaria en las escuelas tanto para alumnos como para profesores? ¿Algún protocolo acordado con el magisterio?

 

Las escuelas privadas, salvo aquellas que no padecieron la crisis de la no inscripción, en un 40% no cuentan con recursos para desinfectar aulas y mesas de trabajo, y mucho menos para instalar protocolos sofisticados como sus similares en Estados Unidos o países desarrollados.

 

Ahora bien, otro perfil del problema, en lo que respecta al sector educativo público, la situación es muy crítica:

 

·        Se estima que más de 2,83 millones de estudiantes de primaria a bachillerato abandonaron la escuela entre abril y agosto de 2020 por la pandemia, improvisación y la falta de equipamiento. Ellos representan el 10% del total de los alumnos inscritos.

 

·        Aunque la UNAM presume que tanto en Preparatorias como Colegios de Ciencias y Humanidades hubo cero deserciones, lo cual es mentira porque el tema en realidad no se ha investigado y claro que sí hay un alto índice de estudiantes que abandonaron las clases por falta de recursos o por improvisaciones y falta de compromiso de varios los profesores. Esto sin contar con las semanas que han parado clases los profesores de asignatura de no pocos planteles por la falta de pagos.

 

·        A nivel de educación superior, que comprende las universidades y otras instituciones técnicas y de educación profesional, se calcula que 305 mil estudiantes dejaron de asistir a clases. Según Statita.com “un sondeo realizado entre abril y mayo de 2020, casi dos tercios de los estudiantes universitarios encuestados en México estaban inscritos en programas con modalidad presencial”.

 

·        La encuesta ECOVID-ED para la medición del impacto de la Covid 19 en la Educación y realizada por el INEGI este año, citado por Educación Futura “los estudiantes no se inscribieron por razones asociadas a la Covid-19 como el hecho de que alguno de los padres o tutores quedaron sin trabajo, o por falta de dinero o recursos para comprar un dispositivo electrónico (como una tv, computadora, celular, tableta o pagar la internet o la luz)”.

 

·        Siguiendo con datos de la ECOVID-ED, “el porcentaje de población que No concluyó el ciclo escolar por motivo de la pandemia por Covid-19, según el nivel de escolaridad, se observa de la siguiente manera: preescolar (94.7%), primaria (73.2%), media superior (35.9%), educación superior (44.6 %); por lo cual, las infancias resultaron el sector poblacional más afectado”.

 

·        Además de lo anterior, otro de los principales motivos por los que los estudiantes decidieron no continuar sus estudios está relacionado con la poca funcionalidad de las clases a distancia.

 

·        Aunado a lo anterior, las escuelas privadas que son cerca de 50 mil, un 40% por declararse en quiebra debido a que no tuvieron reinscripciones, afectando alrededor de 20 millones de alumnos de nivel básico, medio superior y superior y alrededor de 485 mil profesores y empleados.

 

El panorama es crítico, pues no hay una estrategia integral consensuada por la Secretaría de Educación Pública, las instituciones privadas de educación ni por las principales universidades públicas de la CDMX y del país, como la UNAM, UAM e IPN.

 

El regreso a las clases presenciales es un desafío y no debe caminar por los tiempos político-electorales. Es toda una generación que perdió clases, que no están regularizados y que la enseñanza además de coja por las deficiencias, está en una crisis mayúscula por el impacto de la pandemia.

 

Por ello es que urge una comisión multidisciplinaria encabezada por la SEP y la SHCP (porque son fundamentales contar con los recursos para la inversión más importante de un Estado) para que planifiquen un regreso con seguridad sanitaria para alumnos y profesores, dotándolos de lo necesario para que funciones pero sobre todo, con las estrategias específicas para recuperar el tiempo perdido: habilitación de más profesores, apertura de más grupos, capacitación del profesorado, adecuación de los planes de estudio a las nuevas modalidades, el obligado recursamiento de materias y grados, la atención a los rezagos y desertores de todos los niveles, la adecuada atención psicológica para alumnos que han sido afectados por el encierro y el distanciamiento de sus compañeros y amigos.

 

El tema no es menor, es la educación, es el futuro de México y Delfina Gómez tiene que demostrar sus cualidades para enfrentar el mayor desafío de la post pandemia.

 

Contacto: feleon_2000@yahoo.com