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El senador y la influencer

por Ramón Zurita Sahagún
12-08-2020

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RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 


 

Lo que parecía ser una historia de amor, altamente conmovedora entre dos personas de las activas redes sociales y provenientes de familias acomodadas, cuyo destino próximo sería el gobierno de Nuevo León, se convirtió en una novela rosa, desdibujada, donde algunos consideran que no tendrá el final feliz esperado. 


No se trata de una reedición o copia de la novela amorosa tejida en el pasado por un político priista y una famosa actriz que devino en el desastre para todo un país, sino de algo más tierno y sencillo de dos jóvenes con todo un futuro prometedor. 


El, simpático, enjundioso, preparado, abogado con un despacho exitoso y arrojado con metas muy claras, antes de los 35 ser gobernador de su estado. Ella, atractiva, joven, influencer, con gran popularidad y miles de seguidores que se alimentan de sus comentarios y sus pasajes reflejados en las redes sociales. 


La combinación es extraordinaria, como jóvenes saben que explotar las redes sociales, alimentarlas y darles al público lo que les espera puede ser redituable a corto plazo y captar a ese público y convidarlos a que asistan a las urnas para votar por la candidatura de él, sería tarea menos complicada que las de convencer a un electorado ávido de respuestas a sus demandas. 


El uso de las redes sociales parece allanarles la ruta de tránsito a los políticos que conocen de uso y abuso para beneficio propio. 


El binomio funciona de manera maravillosa, aunque algunos excesos de él parecen tirar por la borda todo el trabajo realizado para situarse en el sitio en que se encuentran. 


Político al fin y joven inexperto en las grandes ligas de la actividad a la que se dedica actualmente, el senador ha sufrido varios traspiés en su camino, ante verdaderos coyotes de la política y su paso por el escaño comenzó de forma exitosa, según lo previsto, para ir tropezando con mayor frecuencia. 


De ser una persona accesible, abierta que hablaba sin cortapisas, comenzó a calcular sus pasos y sus declaraciones para jalar reflectores, sin alcanzar pleno éxito. 


Sufrió para ganar su escaño en unos comicios, donde la popularidad del candidato presidencial triunfador jaló votos al por mayor y con todo y ello el senador por Nuevo León consiguió el triunfo de un escaño de mayoría, algo casi impensable. 


El éxito, aparentemente, lo mareó y se convirtió en un feroz crítico del Ejecutivo federal, ya que pertenece a un partido que durante varios lustros fue fiel seguidor del hoy Presidente de la República y que se alejó de él en el tercer intento por ganar la elección presidencial. 


Como buen regiomontano, el senador de la oposición convocó a una campaña en Change.org para exigir la revocación de mandato del Presidente de la República, algo que vienen haciendo otros grupos de la llamada Sultana del Norte. 


La respuesta no fue la esperada, por lo que buscó otros medios de atención y en medio de la pandemia, el quejoso senador aprovechó para casarse con la inlfuencer, cuya historia de amor mantenía la atención de unos regiomontanos deseosos de noticias alegres y exitosas, dentro de la tragedia que provoca la pandemia. 


En este ir y venir el senador comenzó a advertir que su popularidad descendía y que de ser el puntero en las preferencias electorales, se había relegado hasta el tercero o cuarto lugar. 


De acuerdo con las encuestas del diario Reforma, lo superan la alcaldesa de Escobedo, el alcalde de Monterrey, el prospecto del PAN y luego se sitúa él. 


Viendo este escenario, el senador y su esposa la influencer decidieron reactivarse en redes sociales y difundieron una cena de pareja que mostrara el amor que se tienen. Ella, contagiada de COVID19, él a la distancia, pero mostrando su dulzura y amor en la plataforma adecuada. 


Sin embargo, un movimiento extraño disgustó al político y exigió a la influencer en tono fuerte que dejase de mostrar las piernas, lo que desató la furia de los ciberseguidores que le han tupido en las redes sociales que ellos tanto alimentan. 


Hay quienes consideran que todo fue planeado, incluido el disgusto para mostrarlo como un hombre celoso y enérgico, aunque en realidad se mostró como un machista con su comentario de me casé contigo para mí, no para que andes enseñando. 


Disculpas de ella por enseñar y de él por su molestia, pero sus seguidores se indignaron y tal vez pegue en la línea de flotación del ambicioso senador. 


Email: ramonzurita44@hotmail.com