México anotó en octubre una nueva salida de capital extranjero, la tercera más grande del año, provocada principalmente por la incertidumbre previa a la elección presidencial de Estados Unidos, sin embargo, expertos prevén una recuperación en el apetito del mercado por el país durante los próximos meses.
Durante el mes, los inversores foráneos vendieron bonos mexicanos por 55,090 millones de pesos (2,540 millones de dólares), con lo el país acumuló siete meses de flujos negativos en 2020, según datos del banco central revelados el miércoles.
Con ello, el saldo de la tenencia en bonos mexicanos por parte de extranjeros se ubicó en 1.752 billones de pesos (unos 80,840 millones de dólares), un nivel mínimo desde julio.
Pero las tasas de interés en México, aunque han bajado, permanecen altas en comparación con economías similares, lo que aunado a la disipación del riesgo electoral estadounidense, atraerá a capitales foráneos de vuelta, coincidieron expertos.
“La salida tan fuerte se explica principalmente por la aversión al riesgo en torno a las elecciones en Estados Unidos y a los rebrotes de COVID-19 en ese país y en Europa”, dijo Alejandra Marcos, jefa de análisis del banco local Intercam.
La facilidad para vender la deuda mexicana por su elevada liquidez en tiempos de incertidumbre también fue otro factor que impulsó la salida de capital, explicó otro especialista.
No obstante, Marcos prevé que en los meses venideros se debería empezar a ver un mayor apetito por los bonos soberanos de México porque son los que pagan mejores tasas de la región.
Actualmente, el referencial bono mexicano a 10 años rinde un 5.76%, por arriba del premio de la deuda de otros países de América Latina, como Colombia, con un 5.0%, o Chile, con un 2.84%.
Y aunque se espera que la tasa referencial del banco central baje otra vez esta semana, según un sondeo de Reuters, aún es la tercera más alta del G-20.
Aún cuando el banco mantuviera la tasa en 4.25%, “esto dejaría el carry (trade) de la moneda y de los activos (bonos) todavía atractivo”, dijo Marco Oviedo, economista para México del Barclays.
Tradicionalmente los procesos electorales de Estados Unidos han causado volatilidad sobre la moneda mexicana y por lo tanto en bonos denominados en pesos. Solo en 2016, año en que Donald Trump resultó electo presidente, el peso se depreció un 20% y el bono a 10 años saltó 130 puntos base a un 7.60%.
En esta ocasión, a pesar del menor apetito foráneo por la deuda mexicana, el peso ganó un 4.2% en octubre a 21.17 unidades, según datos de Refinitiv Eikon, ayudada principalmente por una sobreoferta de dólares, dijeron los expertos.
En contraste con México, los mercados emergentes en conjunto recibieron flujos de capital dirigidos a la compra de bonos soberanos por unos 900 millones de dólares en octubre, según cifras del Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
REUTERS
“Vemos una creciente diferenciación en los flujos hacia mercados emergentes”, dijo Jonathan Fortun, economista IIF. Turquía y Korea, por ejemplo, tuvieron flujos positivos hacia su deuda soberana en ese periodo, agregó el especialista.
Las percepción sobre México sufrió un fuerte deterioro desde el primer trimestre del año debido a los efectos de la pandemia de coronavirus, lo que causó en marzo una salida de capitales histórica de 7,450 millones de dólares.
reuters