Carlos Ramírez
Un poco en el
tono de la maldición Gorbachov de una crisis porque el viejo
sistema/régimen no ha muerto de manera definitiva y el nuevo tampoco
alcanza a nacer, las elecciones del domingo tendrán un escenario táctico
de fondos y trasfondos a veces no comprendidos.
1.- No asistimos a un clivaje ideológico o ruptura
kunhiana revolucionaria, sino a la lucha entre dos grupos de poder de un mismo
sistema/régimen/Estado/Constitución. Disputan un proyecto y un liderazgo de un equidistante
proyecto de nación.
2.- La lucha es entre dos proyectos económicos con extrañas interconexiones: ni es un
populismo concreto ni es un neoliberalismo integral. Los dos grupos en pugna
han existido siempre al interior del régimen y se han movido de manera pendular: populismo
neoliberal / neoliberalismo populista, o el populismo de antier o el neoliberalismo de ayer.
3.- Asistimos, eso sí, a la crisis del régimen
político-electoral 1988, de una fase incompleta de la transición se sistema/régimen
y que quedó sólo en reforma electoral con el mismo proyecto sistémico de nación.
4.- El trasfondo del debate es el modo de la modernización:
con dirección del Estado o con hegemonía empresarial. Pero la modernización es
la misma: un capitalismo con distribución social o apropiación privada
de la riqueza. El historiador Edmundo O’Gorman aportó un modelo
histórico: en la modernización del siglo XIX los liberales fueron conservadores
y los conservadores fueron liberales.
5.- La polarización entre dos corrientes es simbólica,
no ideológica, de proyecto o de clase. Su tono duro fue producto de
resentimientos personales, no de definiciones estratégicas.
6.- La polarización ha construido un escenario suma cero:
lo que gana un grupo lo pierde el otro. La democracia es un escenario de todos
ganan. Al final, el que gane no podrá desaparecer, anular o
liquidar al otro.
7.- El modelo de disputa aplicable al 2021 es el de Miguel
Basáñez: una lucha por la hegemonía, es decir, construir una alianza
entre corrientes e ideas para dominar el escenario. El modelo es de hegemocracia
de Estado o Estado hegemónico. El dominio de un partido terminó en 1988.
8.- La disputa real es por la mayoría absoluta/calificada
en Cámara de Diputados para impulsar reformas y contrarreformas. Las elecciones
de gobernador, en los hechos fríos del poder presidencial de ayer y hoy, no
importan.
9.- El posicionamiento del crimen organizado en las
elecciones tampoco es novedoso; solo se ha visibilizado. Y a pesar de
los temores, se trata de una participación en estructuras del Estado para garantizar
de manera directa su negocio, no para configurar un narcoEstado.
10.- El impacto sistémico del COVID-19 se convirtió en
escenario, instrumento electoral y bandera de campaña. Lo significativo fue la nula
protesta social y la incapacidad de la oposición para meterla en el
debate de las campañas. Parece que los muertos por el virus no generaran
tendencia de votos.
11.- La crisis económica parece que tampoco votará, a pesar
de que el escenario de analistas consultados por Banxico revela una tasa
promedio de PIB anual de 2022 a 2031 será de 2.2%, la misma de los años
del maldecido neoliberalismo 1983-2018.
12.- El escenario real es el de las crisis de 1973 a 2018
que oscilaron la inclinación electoral. Los partidos pasaron de
organizaciones de masas, de ideas y de clases a grupos gelatinosos de
oportunismos de coyuntura.
13.- El 2021, como ha ocurrido en toda la vida institucional
del sistema priísta desde 1929, prepara el terreno para la sucesión
presidencial de tres años después: grupos, élites, candidatos y… lo mismo
de siempre.
14.- El factor EEUU tampoco será nuevo y tampoco
será determinante. La institucionalización del proyecto económico --con
sus límites populista y neoliberal-- seguirá igual. Y los temase de seguridad y
geopolítica serán gestionados sobre la marcha. El populismo internacional no
será marco referencial de México. Y en EEUU tiene un cuadro de crisis grave
con la edad de Biden, las limitaciones de Kamala Harris, el cacicazgo de
Obama y la presencia ominosa de Trump, problemas mayores que México podrá administrar
a su favor.
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Política para dummies: La
política es, al final, la misma.
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exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.
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