RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Los procesos electorales nacionales son la plataforma que anhelan muchos para mostrar su interés en ingresar en la contienda, aunque no sea como candidatos o dirigentes de los partidos políticos.
Sirven para que personajes que se creía retirados de la vida pública retornen a ella, buscando un pedazo del pastel a repartir. Es entonces cuando los reflectores los apuntan y los medios de comunicación y las redes sociales se llenan de sus palabras.
Critican los hechos cotidianos, la forma de gobernar de quienes lo hacen, expresan sus razonamientos y son buscados por propios y extraños.
La mayoría de las veces sus palabras no son las apropiadas, según sus detractores y reparten raspones a diestra y siniestra, olvidando que ellos mismos fueron parte de ese juego político perverso al que recurren.
Varios de esos personajes fueron señalados en su momento con acusaciones de todo tipo, algunas de ellas malsanas, otras, tal vez, ciertas, pero todas dirigidas con precisión al sitio que se requería.
Bajo el pretexto de publicar libros de su autoría e iniciar un recorrido por los medios de todo tipo, los tradicionales y los modernos, los políticos reparten sin miramientos de ninguna clase, para después de pasado el proceso regresar a su ostracismo público y esperar una nueva oportunidad de retornar a los escenarios.
No lo hacen por dinero, ni mucho menos por fama. Lo hacen porque quieren seguir siendo parte del juego palaciego del poder y no son tomados en cuenta para opinar de tal o cual tema.
Refugiados en sus negocios particulares que les siguen proveyendo de dinero, no sufran de escasez de ninguna clase, aunque, seguramente, carecen de los reflectores que antes les apuntaban diariamente.
No son aislados los casos, pero tampoco vale la pena mencionarlos, aunque varios de ellos que resurgen en estas épocas alcanzaron los primeros planos de la actividad política.
Su palabra y opinión como políticos no son tomadas en cuenta y eso es lo que añoran. Nos relatan las viejas historias de lo que ellos harían, nos advierten del futuro comprometido del país y se encuentran dispuestos a colaborar si es que los llaman para alguna emergencia, aunque señalan que no añoran la vida política, que son felices con sus hijos y nietos, en una vida familiar que no pudieron tener en sus años de bonanza política.
Lo importante de estas historias es que, terminando el proceso electoral, la mayoría de ellos regresará a su redil y esperará una nueva oportunidad para alzar la mano nuevamente.
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Cuando parecía que Adrián de la Garza caía en las encuestas, el candidato priista apoyado por el PRD al gobierno de Nuevo León podría haber recibido una bocanada refrescante de oxígeno con la campaña iniciada en su contra desde Palacio Nacional.
Fue el propio Ejecutivo federal el que se metió en el proceso electoral al denunciar la entrega promesa de tarjetas de dinero en efectivo para las mujeres, si es que gana la elección.
Y como los nuevoleoneses ya mostraron que les gusta apoyar a los candidatos polémicos, tal vez de la Garza disfrutará de un nuevo envión para emparejar los números con el puntero.
La elección de Nuevo León parecía ser la más reñida y hasta se hablaba de cuartos y tercios con poca diferencia entre los votos de unos y otros, ya que se pensaba que MORENA, Movimiento Ciudadano, PRI y PAN competirían en forma cerrada, pero la disputa ahora se volvió parejera entre el abanderado de MC y el del PRI, con la candidata de MORENA y el del PAN viendo desde lejos la competencia por los votos.
Veremos cómo se van dando las cosas en el mes de competencia que resta para el día de la elección.
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Cuauhtémoc Blanco lo puso de moda en Morelos y ahora su ejemplo es seguido por el aspirante del PES a la alcaldía de Cuernavaca.
Sin arraigo, Jorge Arguelles diputado federal con licencia disputa el ayuntamiento de Cuernavaca y es marcado como favorito para triunfar en las urnas. En 2018 el dirigente nacional de su partido, Hugo Erick Flores lo envió como abanderado a diputado federal, lo que le permitió catapultarse a la candidatura actual.
Su campaña es un derroche de recursos y se le ve siempre rodeado de guardaespaldas.
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Contrastes el miércoles en Culiacán entre los candidatos al gobierno del estado. El abanderado de MORENA, Rubén Rocha, presentó su programa de gobierno en una galería de arte, en forma austera y el priista, Mario Zamora, participó en un coloquio con varios personajes priistas en el mejor hotel de la capital sinaloense, que se vio rodeada de guaruras, aunque ya no se sabía cuáles eran los guardaespaldas y cuáles los malosos que siguen inundando el estado.
Email: ramonzurita44@hotmail.com