La inflación de los insumos industriales en China alcanzó en octubre su nivel más alto en 26 años, presionada por los nuevos brotes de Covid-19, los precios crecientes de la energía, según cifras oficiales divulgadas el miércoles.
El Índice de Precios al Productor (IPP) hiló cuatro meses consecutivos al alza y tuvo una variación anual de 13.5% al cierre de octubre, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
“El aumento en el IPP se debió a la combinación de factores externos importados y el desabastecimiento local de energía y materias primas”, dijo el analista principal de la ONE, Dong Lijuan.
Influyeron el fuerte aumento en los precios locales del carbón, así como el alza en los costos mundiales del petróleo, el gas y las interrupciones en las cadenas de suministro, explicó Rajiv Biswas, de la consultoría IHS Markit.
Otro factor reciente, agregó, fue el aumento en los costos de embarques en todo el mundo “debido al fuerte repunte en los flujos comerciales” entre China, Estados Unidos y Europa.
En septiembre, el IPP se aceleró 10.7%, que fue el nivel más alto registrado por la ONE desde mediados de la década de los 90.
Un periodo para olvidar
En China, octubre estuvo marcado por los cortes del suministro eléctrico que redujeron la actividad de sus fábricas.
Los precios internacionales del gas natural, que es un insumo para generar electricidad, tocaron máximos históricos durante ese mes. Eso causó estragos en Europa y todo el mundo, pero el gobierno chino intervino con una solución más barata: el carbón.
Autoridades ordenaron una rápida expansión de algunas minas de carbón y la reapertura de otras para la generación de electricidad. Así, las fábricas podrían reanudar sus actividades para cumplir con sus pedidos a tiempo, especialmente para la temporada navideña.
Algunos analistas están escépticos sobre el desempeño de la economía del gigante asiático por ese y otros factores como el rebrote de casos de Covid-19 que han generado nuevos confinamientos.
A principios de noviembre, el gobierno aconsejó a la población almacenar productos de primera necesidad, lo que fue interpretado por muchos como una señal de una potencial escasez de productos.
JP Morgan recortó por quinta ocasión desde agosto su previsión de crecimiento para el país asiático a 4.0% en el cuarto trimestre del año desde una expectativa previa de 5.0 por ciento.
La institución citó el impacto de la escasez de energía y la reaparición de casos de Covid-19 que afectan al gasto de los consumidores y a los servicios, por lo que ahora espera un crecimiento para todo el 2021 de 7.8%, desde 8.3% que esperaba en octubre.
Antes de JP Morgan, Bank of America también redujo su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto para este año a 7.7 desde 8.0 por ciento.
En el tercer trimestre del 2021, China creció 4.9% anual. La cifra estuvo muy por debajo de 7.9% del segundo trimestre de este año y de 18.3% del primer trimestre.
Pese a todos los vientos en contra, los datos comerciales del país fueron más positivos de lo esperado en el décimo mes del año.
Según la estadística de las autoridades aduaneras, las exportaciones en octubre crecieron 27.1% en su comparativo anual hasta los 300,200 millones de dólares.
Evergrande, con riesgo de caer en default
Otra de las preocupaciones sigue siendo el sector inmobiliario, que es un pilar de la economía china.
Evergrande, el desarrollador más importante de aquel país, está al borde del impago con una deuda de más de 300,000 millones de dólares, de los cuales 19,000 millones son bonos internacionales, según la agencia Reuters.
La empresa no ha incumplido sus obligaciones de deuda en el extranjero, pero ayer miércoles finalizó un periodo de gracia de 30 días para el pago de cupones por más de 148 millones de dólares en bonos de abril del 2022, 2023 y 2024.
Algunas fuentes con conocimiento del asunto dijeron a la agencia Reuters que algunos tenedores de bonos no habían recibido su pago al final del día hábil asiático.