Jonathan Little, quien asiste a la Universidad de Kentucky, está entre las legiones de estudiantes de todo el mundo que la industria minera no puede permitirse perder, pero que ya lo ha hecho.
Little, de 20 años, consideró una carrera en minería, pero optó por estudiar una rama de ingeniería que probablemente lo obligará a diseñar motores de camiones. Eso resultó mucho más atractivo para él que trabajar en una mina de carbón, como hacen muchos de sus compañeros universitarios después de graduarse.
“Esa no es la carrera que quiero”, dijo Little. Su decisión y la de otros estudiantes presagian una escasez de talento para la industria minera, que se prepara para una ola de jubilaciones de trabajadores envejecidos.
A finales de esta década, menos graduados tendrán las habilidades necesarias para construir y operar minas que produzcan litio, níquel, cobre y otros metales para alimentar a los fabricantes de vehículos eléctricos, paneles solares y otras tecnologías de energía renovable.
La inscripción en los programas de ingeniería minera de Estados Unidos cayó 46 por ciento entre 2015 y 2020, reveló una encuesta de la Sociedad de Minería, Metalurgia y Exploración (SMME). El mismo problema afecta a los principales países mineros como Canadá, Sudáfrica y Australia.
20%, cerca de la jubilación
“Vamos a terminar con personas no capacitadas para operar las minas en un momento en el que realmente se necesita extraer material para la transición a los vehículos eléctricos”, dijo Mike Armitage, quien forma parte del directorio de la minera de espato flúor Tertiary Minerals.
La crisis de talentos está llegando justo cuando los fabricantes de automóviles se preparan para construir millones de vehículos eléctricos. Muchos planean tener flotas totalmente eléctricas para 2030. Las baterías y el cableado de todos esos motores requerirán importantes aumentos en la producción de metales.
Muchos estudiantes están asustados, dicen profesores y ejecutivos de la industria, por la reputación histórica de la minería como una industria peligrosa que contamina el medio ambiente. Ese estereotipo se reforzó hace tres años cuando 270 personas murieron después del colapso de una presa de relaves propiedad de Vale, en una mina de hierro en Brasil.
Más de la mitad de los mineros tienen más de 45 años y 20 por ciento tienen más de 60 y se acercan a la jubilación, según un estudio de Mercer.