José Luis Camacho Acevedo
En política nada es casual.
De pronto en México la violencia ha retomado un nivel que tal parece vuelve a rebasar a las autoridades en sus tres niveles de gobierno.
Llegan noticias de Estados Unidos en el sentido de que ese país extrema sus vigilancias sobre las acciones del gobierno mexicano en su operatividad en el combate a la delincuencia organizada, concretamente en la reducción de las actividades de los carteles que el vecino del norte ha clasificado ya como organizaciones terroristas.
Lo ocurrido en Uruapan es un síntoma de debilidad del estado con respecto a lo que el crimen organizado demuestra de su siniestra capacidad de intimidación.
Asesinan a un popular alcalde, Carlos Manzo, que había sido constante en sus demandas a los mencionados tres niveles de gobierno para que detuvieran al crimen organizado que tenía en un verdadero estado de terror a una población que padecía desde el cobro de piso, la desaparición forzada hasta llegar a la comisión de crímenes.
Atrapan a un joven que fue señalado como el ejecutor del asesinato de Manzo, y en medio de la confusión, un certero disparo le quita la vida desapareciendo con ello cualquier posibilidad de dar con los autores intelectuales del crimen.
Los mensajes de preocupación de Estados Unidos no se hacen esperar.
Se vuelven a reunir las entidades del gobierno de EU encargadas de combatir acciones como el lavado de dinero en países, como México, donde el crimen organizado vuelve a penetrar tanto los sistemas bancarios como el funcionamiento de operaciones de casinos.
De pronto la UIF anuncia lo siguiente:
UIF vs casinos: presentarán denuncias ante la FGR por lavado de dinero contra 13 establecimientos
La decisión se tomó en conjunto con el Gabinete de Seguridad del gobierno federal, luego de una investigación de meses en donde se identificaron a 13 casinos en donde se detectaron operaciones en efectivo, flujos internacionales y uso de plataformas digitales no supervisadas.
La presidenta Claudia Sheinbaum anuncia que se fortalecerán las acciones de la Unidad de Inteligencia Financiera para intensificar la vigilancia de entidades que pudieran caer en la tentación de lavar dinero del crimen organizado como una forma de hacerse de muy cuantiosos ingresos.
Y como mencionamos al principio de estas notas, en política nada es casual, y la decisión de la mandataria mexicana tiene, muy probablemente, la intención de dar una respuesta positiva a las preocupaciones que tienen en Estados Unidos sobre el lavado de dinero y la irrupción de la violencia.
En ese contexto aparece nuevamente la llamada generación Z.
Anuncia la celebración de una mega marcha para el próximo sábado.
Y ratifica sus móviles originales y sus preocupaciones:
“no buscamos tomar el poder, sino abrir el cambio para que personas verdaderamente preparadas, éticas y sin vínculos partidistas lleguen a él mediante procesos transparentes y elecciones limpias”.
“Nuestro propósito es devolverle el poder al pueblo, a las y los ciudadanos de verdad no a los mismos que se reparten el país desde hace décadas”.
¿Hasta dónde llegará la inconformidad ciudadana ante la violencia?
¿Y qué respuestas, además de sancionar 13 casinos, se dará a la preocupación de Estados Unidos por la inocultable presencia del lavado de dinero.
En política nada es casual.

