El senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, tiene listo un punto de acuerdo para que, el Ejecutivo Nacional a través de las Secretarías de Relaciones Exteriores y de la Defensa Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia, desarrolle un informe sobre el tráfico ilícito de armas al territorio nacional.

Entre las consideraciones del documento se establece que, en México, desde hace más de una década, el tráfico ilícito de armas ha generado un aumento en la violencia, así como un incremento en el poder de fuego por parte de la delincuencia organizada: “lo que ha afectado la cohesión social, el bienestar y las oportunidades de desarrollo de nuestros ciudadanos”.

Según un estudio del organismo Small Arms Survey del Instituto de Postgrado de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo de Ginebra, estima que nuestro país ocupa la 7° posición en el mundo con más armas de fuego en manos de civiles de forma legal e ilegal, con un número aproximado de 16.8 millones de armas.

En las consideraciones del Exhorto se establece que, en materia del diagnóstico sobre el tráfico ilícito de armas a nuestro país, es indispensable tener en consideración la vecindad entre México y Estados Unidos que, por diversas condiciones históricas, políticas, sociales, económicas y culturales, representan un reto mayúsculo. 

Sobre la seguridad binacional, esto no excepcional, ya que compartimos más de tres mil kilómetros de frontera que se configura como un lugar en el que acontecen actividades relacionadas con la delincuencia organizada, como el tráfico de armas, drogas, personas, lavado de dinero y contrabando, entre otras, en ambos sentidos.

Reconoce que el flujo ilícito de armas, municiones y componentes norte-sur funge como un catalizador de la violencia armada que se vive en México: “de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), se estima que anualmente cruzan entre 250 y 280 mil armas. Esta cifra representa más de 2.5 millones de armas en los últimos diez años”.

Con los aseguramientos realizados por las autoridades mexicanas aproximadamente el 70% de las armas de fuego tienen su origen de fabricación o venta en los Estados Unidos. El 30% restante proviene de importaciones o producción local de licenciatarias europeas, principalmente, en los países de la República Federal de Alemania, la República de Austria, el Reino de Bélgica, el Reino de España, la República Italiana y Rumania.