
Carlos Ramírez
A la memoria de Susy Carrillo
Chontkowsky,
y un abrazo fraternal a Paco Rodríguez
Fundada en 1951 a
propuesta internacional de la UNESCO en 1950, la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales de la UNAM celebra esta semana setenta años de existencia. Una revisión
crítica de su papel en la historia política del país la revela como una
institución creada para reproducir el discurso ideológico en las
diferentes etapas del régimen priísta: revolucionario, populista, neoliberal y
posneoliberal, siempre en la estructura del Estado priísta.
Como toda la UNAM, la FCPyS ha jugado un papel de forjadora
de los cuadros para el gobierno y el Estado priístas; en los tiempos del neoliberalismo
priísta y panista, de 1994 a 2018, ese centro de estudios abandonó el
debate en el espacio público. Y en los nuevos tiempos posneoliberales ha
sido incapaz de construir un enfoque crítico sobre la realidad y sus
expectativas.
Aunque abarca especialidades como ciencias políticas,
relaciones internacionales, sociología, antropología, administración pública y
comunicación, el llamado tronco común es la administración publica, lo
que confirma su papel como capacitadora de recursos humanos para el
Estado. Sin embargo, en la Facultad ha habido una decreciente participación en
las diferentes caracterizaciones del Estado: la crisis del Estado
posrevolucionario, los cortos alcances del Estado populista, el gran debate
populismo-neoliberalismo en el periodo 1979-1993 que modificó el rumbo del
Estado, la larga noche neoliberal y los desafíos del posneoliberalismo
lopezobradorista.
La crisis de la ciencia política académica se perfila en el
cierre de esa carrera en algunas universidades del interior de la república y
en la potenciación del modelo de Ciencias Políticas y Economía que fijó
el ITAM como centro de pensamiento neoliberal friedmaniano: la ciencia política
para el neoliberalismo. Los jóvenes no han sabido ser seducidos por la
filosofía política como base de la política y ahora prefieren diplomados más pragmáticos
como el de marketing político o el de organización de campañas.
La crítica política al sistema/régimen/Estado/Constitución priísta
se dio fuera de la Facultad: en 1958 el escritor marxista José Revueltas
publicó su ensayo México: una democracia bárbara, en 1970 el poeta y
ensayista Octavio Paz resumió en su Posdata el punto y seguido del
régimen priísta con caracterizaciones politológicas que la academia universitaria
rehuía, en 1970 también el político Manuel Moreno Sánchez reveló las
entrañas del régimen en su libro Crisis política de México y en 1972
Daniel Cosío Villegas publicó su ensayo El sistema político mexicano
como la primera aportación sistémica de análisis del régimen. Por
cierto, ninguno de estos libros forma parte de la bibliografía básica de
la carrera de ciencias políticas en la UNAM.
Con excepción de la tesis de sociología La democracia en
México de Pablo González Casanova (director de 1957 a 19654), la FCPyS no
ha producido obra que pudiera considerarse columna vertebral del análisis científico
del régimen y la política en México. Los principales ensayos de crítica al
sistema salieron de El Colegio de México: Control político, estabilidad y
desarrollo en México, de José Luis Reyna en 1976, y los ensayos Los
nudos históricos del sistema político mexicano y El poder: Estado o
feudos políticos, en 1977, de Manuel Camacho Solís.
Eso sí, la Facultad fue aportadora de cuadros políticos
para el régimen priísta: los directores Enrique González Casanova (1965-1970),
Víctor Flores Olea (1970-1975) y Carlos Sirvent (1984-1988), que vivieron en CU
los colapsos del movimiento del 68 y el halconazo de 1971 y el
neoliberalismo, salieron de su cargo de directores y pasaron a posiciones
importantes en el PRI: secretario general del partido y senador, el primero;
embajador de Echeverría y luego salinista el segundo; y de carrera en niveles
medios del PRI el tercero. Y en la dirección de la Facultad aterrizó en
el 2000 Fernando Pérez Correa, subsecretario de Gobernación con Manuel Bartlett
Díaz.
Los setenta años de la Facultad carecerán de brillo, pues
el debate político no pasa por sus aulas. El Estado priísta entró en colapso en
1976 y el pensamiento politológico académico en la UNAM se encerró en cuatro
paredes ante la falta de decisión de decretar su autonomía relativa del
Estado, del pensamiento oficial y del PRI.
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Política para dummies: Lo dijo Napoleón: “los savants (eruditos) y los
intelectuales son como las cortesanas; puedes verles y hablarles, pero no te
casas con ellas ni les haces ministros”.
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