Aún faltan dos o tres aumentos más en la tasa de interés en el corto plazo. Quizá eso es lo que nos está diciendo la tasa real negativa, admitió el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath.
“Definitivamente la tasa real negativa es un tema que nos ocupa (en la Junta de Gobierno) y quizá nos está diciendo que aún faltan dos o tres aumentos más en el corto plazo”, precisó.
La tasa real resulta de la diferencia entre la variación de la inflación en la primera mitad de septiembre, de 5.87% anual, y la tasa objetivo que se encuentra en 4.75%; lo que arroja una tasa real negativa de 1.12 por ciento.
Entrevistado por El Economista, reconoció que la fase del ciclo económico no está ayudando para acelerar el ciclo de alza de la tasa. Pero subrayó que las tres alzas consecutivas de 25 puntos base, cada una, que se han dirigido desde junio, “han tenido el objetivo de acotar el efecto de los choques acumulados de inflación, de manera que no haya un daño permanente en la formación de precios”.
Estamos en un proceso relativamente moderado en el ciclo del alza en la tasa, comentó. “Si estuviéramos en otra parte del ciclo (económico) nuestra tarea sería mucho más fácil y aceleraríamos el ciclo del alza de la tasa sin preocuparnos por los daños colaterales”.
El banquero central sostuvo que el Banco de México tiene como objetivo prioritario la inflación, pero también cuenta con más objetivos, como velar por la estabilidad del sistema financiero y asegurar el buen funcionamiento del sistema de pagos.
“Si nos vamos muy rápido y aumentamos la tasa de manera más acelerada podríamos agotar la recuperación y eso tampoco lo queremos hacer. No queremos ser irresponsables de provocar que la economía caiga de nuevo en una recesión”, afirmó.
Un par de años para disipar la inflación
Acerca de la inflación, que casi duplica el objetivo puntual del Banxico, aclaró que es resultado de varios choques simultáneos transitorios que afectan por el lado de la oferta y de la demanda.
La pregunta aquí es cuánto tiempo es transitorio. “No queda claro si simplemente es un aumento de precios y si se registrará una inflación anual, o si se disipará con la base de comparación en un año. No es tan fácil. Más bien es un cúmulo (de choques) donde el proceso nos puede durar hasta un par de años, que sería el horizonte que yo tengo en mente”.
El cúmulo de choques en el sistema produce una inflación inercial o una más estructural que ya no es simplemente un aumento de precios que se disipa, aseveró. Están produciendo una serie de respuestas y efectos secundarios donde todo el proceso de formación de precios se contamina y ese es el verdadero peligro que estamos viviendo. Que el efecto de estos choques, genere un impacto mucho más permanente en la formación de precios.
Recuperación frágil
El subgobernador Heath comentó que la inflación no está aislada de toda la problemática del país.
“Hay una gran cantidad de problemas que estamos enfrentando y lo que estamos tratando de buscar es la mejor combinación de política monetaria para resolver este conjunto de problemas”.
Uno de estos problemas “es que estamos en un proceso de recuperación después de una recesión bestial. Y este proceso de recuperación económica es prolongado, frágil y difícil”, expresó.
“No podemos aislar el problema de la inflación del contexto económico. Seríamos irresponsables en hacerlo, pues aún sin ser parte de nuestro objetivo el fomento de la actividad económica, no podemos botar de lado la recuperación para obtener estabilidad de precios”.
Incentivar la inversión privada
Sobre las razones detrás de la fragilidad que muestra la recuperación económica, explicó que “tenemos apagado casi en su totalidad uno de los dos principales motores de crecimiento, el de las inversiones privadas”.
“Necesitamos apoyar al sector privado, buscar como incentivar la inversión privada para que este motor funcione y sacarnos de esta recuperación para entrar en una fase expansiva”, mencionó.
Cuando las exportaciones y las inversiones funcionan, la economía crece muy bien. En el caso de México, hemos resuelto el problema de las exportaciones desde noviembre del año pasado.
Pero la inversión, especialmente la privada, se estancó desde el 2015 y 2018 y después empezó a caer en 2019, 2020 y 2021 y no está funcionando como motor de crecimiento.