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Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo: ni perdón ni olvido

por José Luis Camacho
08-09-2020

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José Luis Camacho Acevedo

 

 

Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo ya no recuerdan los agravios que en su momento le hicieron a Ernesto Zedillo y Andrés Manuel López Obrador.

 

Elba Esther participó en el juicio del desafuero en contra de López Obrador.

 

Y Felipe Calderón fue quien robó la presidencia de la República al tabasqueño en el 2006.

 

Los presidentes de la República siempre se cobran los agravios en su contra.

 

Cuando Felipe Calderón dejó la presidencia de México, nuestro país estaba sumido en una crisis institucional (de la cual aún no puede salir) y convertido en un cementerio con más de 100 mil personas muertas y decenas de miles de desaparecidos.

 

Crímenes de lesa humanidad en contubernio con su gobierno se cometieron durante su sexenio, ocho años después se tienen las pruebas de que prácticamente vivimos en aquellos años en un narcoestado y que el “flamante” secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna estaba coludido con algunos cárteles para su protección, y que además para “mostrar” algunos avances montaba detenciones de “secuestradores” en cadena nacional.

 

Felipe Calderón fue enfrentado varias veces por las víctimas colaterales de su guerra contra el narco, la más impactante, fue cuando una de las madres de los jóvenes asesinados en la masacre de Villas de Salvárcar le reclamó que haya estigmatizado a sus hijos como miembros de células criminales.

 

Otro crimen que la sociedad mexicana tampoco ha olvidado es el incendio de la guardería ABC, propiedad de la prima de la exprimera dama Margarita Zavala, se trata de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo. Y es que independientemente de si hubo o no un acto doloso en el origen de la tragedia, es claro que las autoridades de los tres niveles de gobierno incurrieron en omisiones de consecuencias catastróficas que impidió el esclarecimiento de los hechos y se encubrió a los responsables.

 

Es claro que la pareja Calderón-Zavala necesitaba que México Libre se convirtiera en un partido político, para poder obtener algún cargo que le diera el fuero que el expanista necesita para librarse de los cargos criminales que podrían imputársele, ahora que se acerca el juicio de García Luna en Estados Unidos.

 

Su otrora socia, Elba Esther Gordillo también ansiaba regresar al poder con sus Redes Sociales Progresistas, organización a quien también el INE le negó el registro.

 

La organización ya informó que impugnará ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la resolución del Consejo General del INE de negarle su registro como partido político, y señaló que esa decisión pretende “robar” a la ciudadanía la posibilidad de tener una opción distinta en las elecciones del próximo año.

 

Al usar la palabra “robar” demuestran lo cínicos que pueden ser algunos personajes, en este caso Elba Esther, que en sus mejores años demostró el enorme capital político y monetario que controlaba. Famosas son las fotografías de sus outfits en donde se calculaba el costo de las prendas, que sin contar las alhajas llegaban a calcularse en hasta en 100 mil pesos.

 

Tampoco se olvidan los manejos de su yerno Fernando González Sánchez como subsecretario de Educación Básica, el hoy ex esposo de Maricruz Montelongo Gordillo (hija mayor de la maestra), era el encargado de las compras a la exlideresa magisterial, por ejemplo, viajaba a Los Ángeles para comprarle relojes Rolex a todos los dirigentes del sindicato magisterial.

 

Ese tipo de personajes son quienes se preparan para impugnar ante el TEPJF la decisión del INE, con pocos argumentos y un casi nulo respaldo social. De acuerdo con varias encuestas, los dos partidos no podrían ni en sueños obtener el 2% del voto popular que requieren en su primera elección para mantener el registro.

 

La realidad es que la tiene difícil, el daño y su oscuro pasado es poco probable que se olvide, por un México que ya se esta acostumbrando a usar el voto de castigo para sacar del poder a quien tanto daño le ha causado al país.

 

EN TIEMPO REAL

 

1.- La gestión de Rosario Piedra Ibarra frente a la CNDH ha sido complicada, apenas hace unos días se reveló que cortes de carne y comida gourmet fueron hallados en los refrigeradores de las instalaciones ubicadas en el Centro Histórico capitalino.

 

La toma de las oficinas, hoy convertidas en un refugio para mujeres víctimas de violencia, por parte de colectivos feministas debido a la dilación en el tratamiento de sus quejas, es una medida extrema que devela la gravedad del problema.

 

Tuvo que salir el "apagafuegos" de la 4T, Ricardo Monreal, presidente de la Jucopo en el Senado para ofrecerse como mediador entre las víctimas y la CNDH, y eso ya son palabras mayores.

 

Monreal pone los puntos claros y se suma a respaldar el trabajo de la titular, al considerar que está realizando un trabajo eficaz, callado, prudente pero firme en la defensa de los derechos humanos. Además, la considera con autoridad y legitimidad social. ¡Eso sí es apoyo!

 

 

2.- Los adultos mayores son uno de los sectores más vulnerables en materia de salud mental y psicoemocional que más afectados han resultado afectados por la pandemia de Covid-19.

Durante el Conversatorio Virtual “Retos en la Salud Psicoemocional de las Personas Mayores frente al Covid-19”, organizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, que preside Salvador Guerrero Chiprés, se planteó la necesidad de acompañar de manera permanente a esta población desde la comunidad, el gobierno y la legislación, sin estereotipos.

3.- Varios sindicatos se sumarán en breve al apoyo de Fuerza Social Por México, con la finalidad de que obtenga el respaldo suficiente para poder impugnar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la decisión del Consejo Nacional del INE de no concederles el registro. Lorenzo Córdova.

En este sentido, el representante de la entidad política Fuerza Social Por México, Gerardo Islas, señaló que Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, obstaculizó la creación de nuevos partidos para poder contender por la presidencia de México.