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La humanidad requiere en su manifestación individual, tener conciencia de quién es; de dónde viene y a qué aspira. Podríamos considerarlos, requisitos para tener conciencia de la propia identidad.
Los tiempos que corren dan a las generaciones adultas y a las emergentes; poco tiempo para dedicarlo a la reflexión, primero sobre sí mismas; luego sobre sus entornos inmediatos y, también, de las condiciones que privan en el universo que forman su circunstancia.
De manera clara el filósofo español JOSÉ ortega, sintetiza la idea del yo, con su gran capacidad de síntesis, atendiendo a la naturaleza propia y al entorno en que su vida ocurre.
Aun cuando la existencia humana es efímera; el contexto en que se realiza, da oportunidad de considerar su inserción en presente pasado y futuro; de ahí la necesidad, de dar tiempo suficiente a la educación, considerada, como un proceso, para que ayude a entender la necesidad de una existencia consciente, cuyo cuidado, debe prodigarse desde el seno materno y culminar, hasta el cese de las funciones vitales.
Partiendo de este breve análisis, se debe un momento a la reflexión, para concluir, en conciencia, si el tiempo que se dedica a escudriñar el origen, desarrollo y conclusión de la vida, son suficientes y; si la ciencia y la actividad política, dan la información suficiente, para que el ciudadano, por lo menos, tenga idea de la importancia de estos problemas, y hayan arraigado en la conciencia ciudadana.
Fortalecer la conciencia crítica de la población debe ser, sin duda, el objetivo toral de las políticas públicas, para que la sociedad, en su conjunto, acceda a un nivel de desarrollo, en el prive el pensamiento lógico.
El desarrollo de la persona humana, requiere tener conciencia de sí mismo y una respuesta, a las preguntas básicas: qué soy; de dónde vengo y hacia donde debo orientar mis esfuerzos para tener una idea del destino al que debo aspirar, hasta concluir el ciclo vital.
Las consideraciones expuestas, deberían ser objetivos no solamente de las instancias formalmente encargadas de la educación, sino del proyecto de nación, que debe asirse al sentido de pertenencia.
Debemos profundizar, el trabajo que socialmente se desarrolla para preservar la idea esencial de pertenencia en la sociedad, consideradas, las clases sociales que la integran.
En estos tiempos qué en el ámbito del discurso político, se habla de profundizar las reformas sociales y de nuevo comienzo, no habrá que olvidar que la recuperación de valores en la conciencia y la conducta sociales, pasa por la adecuación de instancias tan importantes, como la familia en sus modalidades; la escuela, el gobierno y, por supuesto, los partidos políticos.
Qué sabemos de la esencia de los personajes que lideraron las instituciones que nos rigen, en lo político, lo económico y lo social. Cómo fortalecemos la idea de pertenencia, en las niñas y niños, en los jóvenes y en la población adulta.
Examinar, en conciencia, nuestra actitud y conducta ante el desafío que plantea asumir el objetivo de fortalecer la conciencia crítica, para llegar a un concepto de persona humana, en los objetivos de las políticas públicas en marcha.
No bastará hablar de valores, es ineludible comprometerse con ellos, desde los niveles de mando de la sociedad hasta las representaciones sociales, que deberán tener el poder formal y el material, para cumplir y hacer cumplir la ley,