De cara a las próximas elecciones, el Gobernador Enrique Alfaro enfrenta un escenario con posibles batallas que pueden tener efectos decisivos en las intenciones del voto ciudadano.
Son temas de la agenda gubernamental donde parece que Alfaro carece de operadores que intervengan y eviten que se conviertan en una crisis sistémica. De manera paulatina, la escasez de agua en decenas de colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara se acentúa y el enojo ciudadano crece también.
El fastidio de la gente con la falta de pipas, la percepción de un SIAPA rebasado, las novatas presidentas interinas de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, que forman parte de su Junta de Gobierno que no han podido articular un discurso ante tal situación, dejan al Gobernador con todo el peso de la responsabilidad.
En días pasados ya se registraron las primeras manifestaciones de vecinos, vienen semanas mucho más complicadas por la elevación de las temperaturas y , sin duda, los partidos y candidatos aprovecharán para politizar el tema y ganar votos. En la cuadrilla del gobierno estatal urge un valiente que salte al ruedo y evite que el tema se convierta en un desastre para Movimiento Ciudadano.
SOMOS, ¿QUÉ ?
Un claro ejemplo de la crisis que enfrenta la partidocracia, pero que raya en lo ridículo, es lo que sucede con el partido SOMOS. A punto acercarse las fechas de cierre para el registro de candidatos, al interior de SOMOS y en las instancias legales de los tribunales existe una encarnizada disputa por la presidencia de ese membrete.
Afirmo que es un membrete porque a diferencia de otros nuevos partidos que han emergido en la vida política estatal como el Partido Fuerza por México que ha hecho un trabajo serio en la colonias y en los municipios de Jalisco con personajes muy interesantes como Pepe Valle y Gustavo Flores, SOMOS ha desperdiciado el tiempo en una larga y cruenta lucha interna.
Sin estructura política y arraigo, SOMOS va camino a convertirse en una broma de mal gusto. Cuando la ciudadanía espera nuevos partidos que refresquen la vida política con nuevas prácticas, discursos y propuestas atractivas, caras y trayectorias que generan confianza y credibilidad, SOMOS hace todo lo contrario. Disputas por los recursos económicos, señalamientos por cuentas y gastos por aclarar y acusaciones de nepotismo, donde el partido es manejado por una familia, son los indicadores que marcarán su corta vida.
SOMOS , ¿ QUIÉN?
Gonzalo Moreno , el cuestionado presidente de SOMOS, ha estado en el ojo del huracán. Siempre ha sido ave de tempestades. Muy joven incursionó en el PRI y adquirido fama cuando llegó al Congreso de la Unión cargando un cilindro de gas como medio de protesta contra el aumento del precio en el gobierno de Fox.
Muy cercano a Javier Guizar, Gonzalo Moreno fue un fajador que luchó por desplazar a los viejos y a la nomenclatura del PRI. Su papel fue relevante como cabeza de playa cuando al interior del PRI desataron una cruel guerra contra Arturo Zamora.
Moreno se opuso a la candidatura de Zamora a Zapopan, fue un crítico a la gestión de su gobierno municipal y fue un rudo contrincante en la campaña de desprestigio en contra Zamora cuando buscó ser gobernador del Estado.
Algunos señalan que en esa campaña operó muy cerca con el PAN y al interior de la militancia del PRI. Después renunció al PRI y operó para candidaturas panistas . Para sorpresa de todos se reincorporó al PRI y ocupó un espacio político y administrativo en el sexenio de Aristóteles. Con la derrota, vuelve a renunciar al PRI y reaparece tiempo después con la bandera de SOMOS.
Sin duda que Gonzalo Moreno sembró tempestades y hoy el destino le empieza a cobrar facturas.