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Fuente Minerva

por Nuño Leal
05-08-2021

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Estirar la cuerda

Ante la declaración del Presidente López Obrador de que la negativa de la Universidad de Guadalajara para regresar a clases presenciales tiene un fondo político y además señalando directamente al exrector Raúl Padilla como el responsable de dicha decisión, más temprano que tarde los “Leones Negros” salieron con un comunicado a defender su posición.

Las autoridades universitarias le contestan directamente al Presidente que su decisión se basa en razonamientos exclusivamente científicos y tomados de forma colegiada. Respuesta que no cierra la polémica, sino que, por el contrario, abona para nuevos capítulos que habrán de escenificarse próximamente en esa tensa y distante relación entre López Obrador y Raúl Padilla. 

En septiembre vendrá la discusión del presupuesto federal y desde hace tiempo el Rector Ricardo Villanueva viene señalando que la UDG emprenderá las acciones necesarias para evitar que su presupuesto sea afectado con reducciones en la asignación que dice les corresponde. En este contexto veremos hasta donde la disputa presupuestal eleva la tensión entre AMLO y Padilla. 

Por otra parte,  en noviembre se llevará a cabo una edición más de la Feria Internacional del Libro y viene como país invitado Perú;  la pregunta es sí Raúl Padilla le abrirá los espacios mediáticos de la FIL a Vargas Llosa acérrimo crítico de López Obrador , situación que obviamente no pasaría desapercibida en Palacio Nacional;  por el contrario,  con el pragmatismo que tiene Padilla ,se decida por invitar a algún personaje cercano al nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, y mandar otro tipo de mensaje a la 4T. Esperemos hasta donde se estira la cuerda. 


Corren en dos pistas

En las últimas semanas, el gobernador Enrique Alfaro trató de mandar mensajes de apertura, tolerancia y respeto a la pluralidad política al empezar a recibir a los alcaldes electos de partidos distintos al de Movimiento Ciudadano. Así, recibió a los flamantes presidentes municipales electos del PRI, a los del Partido Acción Nacional y también recibió a los alcaldes triunfadores de MORENA. 

Era de esperarse que en esas reuniones se hablara de una política de puertas abiertas, de apoyos sin distinción partidista, de gobernar para todos sin tomar en cuenta el color de los partidos.  Es evidente que detrás de esas reuniones se sintió la mano del Secretario General de Gobierno, Enrique Ibarra. 

La cuestión es que esos compromisos se hagan realidad y es donde surge las dudas y no vaya a resultar que todo fue atole con el dedo. Para nadie es un secreto que dentro del círculo íntimo del gobernador existen grupos fundamentalistas que niegan cualquier posibilidad política, de acercamiento y colaboración a todos lo que están fuera de MC. De tal forma, muchos de los presidentes municipales de partidos distintos a MC intuyen que cuando quieran tratar sus asuntos de gobierno choquen con el jefe de los fundamentalistas, Hugo Luna, y sus fieles acólitos, los coordinadores generales del gabinete. Finalmente, un gobierno que tiene dos pistas. 


La Cuenta pendiente

Desde hace días cercanos colaboradores del exgobernador Jorge Aristóteles han recibido llamadas de Manuel Alfaro, actual diputado local y exsecretario particular de Aristóteles. Llamadas con un tomo amigable, saludando y recordando viejos tiempos. 

Algunos malosos de la política han reportado a Fuente Minerva que esas sorpresivas llamadas, después de meses de silencio y distancia, obedecen al renovado interés del grupo cercano de amigos del fallecido Aristóteles Sandoval por mantenerse vigentes en la política. 

En este sentido las llamadas y saludos de Manuel Alfaro tendrían por objetivo revivir el proyecto de tomar el control del PRI en Jalisco. Ante las señales que desde el CEN manda su presidente Alejandro Moreno de que la nueva presidenta que entrará en lugar de Ramiro Hernández será su íntima amiga y colaboradora, Laura Haro, Manuel Alfaro buscaría aglutinar una corriente de políticos con el objetivo de cerrarle el paso a Laura Haro. Aquí, en Jalisco, todavía los amigos de Aristóteles tienen una cuenta pendiente que le quieren cobrar al famoso “Alito”.