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Fuente Minerva

por Nuño Leal
19-08-2021

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El ajuste del gabinete

Los cambios anunciados en el gabinete del gobernador Enrique Alfaro han dado pie a diversas lecturas e interpretaciones sobre sus significados e intenciones.  Los ajustes a su equipo de trabajo los realiza con pleno control del contexto político de la entidad, bajo una alentadora tregua en sus discrepancias con el presidente López Obrador y con el saldo favorable que le dejó el proceso electoral tanto local como nacionalmente. 

Alfaro arranca la segunda mitad de su sexenio en condiciones distintas a la de sus antecesores que habían perdido las elecciones intermedias. Con la mayoría en el congreso local y en las presidencias municipales metropolitanas, no visualiza contratiempos en el corto plazo a pesar de las actuales controversias con la Universidad de Guadalajara. 

En tales circunstancias disfruta su destape que acordó con el exgobernador Emilio González y que se orquestó, dijera el clásico, con la máxima de que amor con amor se paga. Así, sin presiones y bajo el control de las circunstancias, Alfaro realiza el primer gran ajuste a su equipo de trabajo, esperando realizar otro ajuste en las próximas semanas. 

Renovar la dirigencia estatal de su partido, ejercer el absoluto control de los recursos de su administración, tener mano en la transición de Pablo Lemus en Guadalajara, fortalecer sus vínculos con los grupos empresariales y proteger a los aliados que pueden quedar en el desamparo político son los ejes conductores de los ajustes en su gabinete. Obviamente, resaltando la mano que mece la cuna, la de Hugo Luna. 


El juego de ajedrez

Atendiendo a ese orden de ideas, se anuncia que Ricardo Rodríguez deja la presidencia del partido naranja y como pago a su lealtad se convierte en Secretario de Administración. Un personaje hecho en el quehacer político para darle ese sentido y rentabilidad política al manejo de las plazas, las compras públicas y el control de la burocracia. Su antecesor, Esteban Petersen, es mandado a cuidar a Pablo Lemus como miembro distinguido del equipo de transición del presidente electo de Guadalajara. 

El nuevo dirigente de Movimiento Ciudadano será nombrado próximamente y algunos ubican al expresidente del PAN en Guadalajara, Manuel Romo, como el que será designado a dicho puesto. Su experiencia en la estructura blanquiazul, le permite tener cartas credenciales para dicho puesto, además de que actualmente ocupa la subsecretaría de asunto del interior lo que le ha permitido tener la visibilidad y los hilos de la política de cada municipio de la entidad.  

En otra colaboración mencionamos el significado del nombramiento del exdirigente de la CANACO, Xavier Orendáin de Obeso, como Coordinador del Gabinete Económico, lo que fortalece los vínculos del gobierno alfarista con los organismos de las cupulas empresariales, así como la designación de Diedra González que llega a la Secretaria de Desarrollo Económico con el aval de las organizaciones empresariales. 

Se destacan también diversos nombramientos en la Secretaria de Gobierno, donde lo relevante de dichos ajustes, es que se realizan sin la presencia de su titular, lo que algunos interpretan como imposición del super jefe del gabinete, el “infalible” e intratable Hugo Luna, sobre el siempre atento y caballeroso Enrique Ibarra. 


Los imprevistos

En la perspectiva del alfarismo se deja de lado que el principal enemigo de Enrique Alfaro se llama Enrique Alfaro. Su carácter explosivo, su visión autoritaria de la política, su ambivalente relación con el presidente López Obrador, sus encuentros y desencuentros con actores políticos nacionales y locales, su mala relación con los medios de comunicación, la ambición presidencial es, entre otros elementos, algunos de los factores que pueden llevarlo a escenarios no previstos.

Varios personajes estarán inmersos en su estado de ánimo. En el ámbito local su jefe de gabinete, Hugo Luna, el senador Clemente Castañeda y Pablo Lemus. A nivel nacional, Dante Delgado y Samuel García. 

Sin lugar a duda, el transitar de su gobierno pasará por su relación con el tipo de relación que tenga con López Obrador y sus inevitables desplantes con la 4 T. Alfaro requiere del apoyo presupuestal del gobierno federal para navegar en aguas tranquilas. En el actual conflicto con la Universidad de Guadalajara, sabe que Raúl Padilla se encuentra en una posición vulnerable y no apretará o jalará demasiado la cuerda. Veremos sí Alfaro llega a controlar al mismísimo Alfaro y así evitarse el surgimiento de contratiempos e imprevistos que pueden revertir su actual estado de confort y comodidad.