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Fuente Minerva

por Nuño Leal
16-11-2021

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Marcador en contra

En la recta final del año, los saldos para el gobernador Enrique Alfaro registran déficits en varias de sus cuentas. Tradicionalmente tan obsesivo en su contabilidad política, sin duda que los últimos datos no lo deben de tener muy contento y optimista. 

En política lo que cuenta son los resultados, pero también la política es percepción y causalidad. El rumbo que tomó la resolución de la problemática presa de El Zapotillo lo dejó en calidad de villano y derrotado. Sus viejos aliados electorales de las poblaciones de Temacapulín, Acasico y Palmarejo se convirtieron en un coro de rechiflas y muestras de rechazo. La decisión conducida por el gobierno federal se ha convertido en una derrota que se registrará en la evaluación final del gobierno alfarista. 

En el asunto de El Zapotillo, el gobernador quedó mal con sus viejos y nuevos aliados. Con los pobladores de la zona, con los organismos que se opusieron al proyecto original de la presa y al desalojo de los predios y con los activistas nacionales y extranjeros quedaron rotas las alianzas a partir de compromisos no cumplidos. Los acuerdos con el gobernador de Guanajuato y con los promotores del proyecto original de la presa quedaron cancelados. En poco tiempo, el tema del suministro de agua potable a el área metropolitana de Guadalajara volverá a ser un asunto crucial en la agenda pública y se calificará la gestión alfarista. 

Aporreado por los Tribunales

Dicen que las malas noticias siempre llegan juntas. En el conflicto con la Universidad de Guadalajara, el asunto ha escalado a nivel nacional llegando a los máximos tribunales federales. Los “leones negros” han festinado la decisión tomada por La Suprema Corte de Justicia de la Nación donde se admite la controversia constitucional contra la decisión del gobierno estatal de recortar el presupuesto al Museo de Ciencias Ambientales. 

La noticia fue ampliamente difundida por la Universidad de Guadalajara y se catalogó como un triunfo sobre el inquilino de Casa Jalisco. Evidentemente la decisión mete presión en el equipo del gobernador, presión de tipo jurídica para dar respuesta a la controversia constitucional, política en su conflicto con Raúl Padilla y también de tipo presupuestal ya que se ordena no tocar los 140 millones de pesos asignados originalmente en el presupuesto para la partida del Museo. 

También, La Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgó sendos amparos a un grupo de impartidores de justicia que se inconformaron con las reformas estatales que obligan a los jueces a someterse a los exámenes de control de confianza.  Otra ruta que llevará al gobierno de Jalisco a defender sus decisiones ante los riesgos que implica el desacato. 

Por sí fuera poco, el asunto de las modificaciones a la Ley de Pensiones para acotar a las llamadas pensiones VIP, también han sufrido descalabros debido a las acciones desarrolladas por los que sienten que han sido afectados en sus derechos. En palabras llanas y directas, en el ámbito jurídico el gobierno del estado ha sido apabullado.


En la mira 

Vienen dos grandes batallas que el gobierno de Enrique Alfaro no puede darse el lujo de perder. Por un lado, la nueva elección municipal de Tlaquepaque en próximo 21 de noviembre. Sería muy costoso para los proyectos alfaristas del 2024, que los 4 grandes municipios del área metropolitana de Guadalajara quedaran divididos en 2 para Movimiento Ciudadano, Guadalajara y Zapopan y 2 para MORENA, Tonalá y Tlaquepaque. Aunque el candidato de Morena, Alberto Maldonado ha cometido muchos errores, está en la contienda y puede ganar la elección, lo que sería un enorme dolor de muelas para las autoridades estatales en los próximos tres años. La zona oriente y marginada de la metrópoli, gobernada por los morenistas y la zona poniente y acomodada, gobernada por Movimiento Ciudadano. El escenario ideal para la 4 T y su propuesta de contraste y movilización electoral. 

La otra gran batalla es la consulta ciudadana sobre El Pacto Fiscal que se llevará a cabo entre el 20 y el 12 de diciembre. El gobierno estatal necesitará, a la par del triunfo en Tlaquepaque, una muy fuerte participación ciudadana que llegaría como un bálsamo reconfortante para la legitimidad del gobierno alfarista