Llegando y pidiendo cuentas
Con las pilas recargadas reapareció el gobernador Enrique Alfaro después de sus vacaciones decembrinas. Las especulaciones de los malosos no se dejaron esperar en torno a los paradisiacos sitios recorridos en los días de asueto. Al margen de esas especulaciones, la realidad es que llegó con la idea de retomar el control de la agenda estatal que cada día se le vuelve más compleja y con menos control.
Se comenta que con urgencia pidió un informe de la Consulta Popular sobre el Pacto Fiscal, exigiendo cuentas y explicaciones de sus resultados. Una Consulta que para ser vinculante necesitaba de casi 2 millones de votos (un millón 998 mil 728 votos) y que a pesar de los esfuerzos para alcanzar una amplia movilización solo se logró la participación de 388 mil 816 votos, muy lejos del tope requerido y de las metas que se establecieron a los distintos funcionarios del gobierno estatal y de los municipales por parte del Coordinador del Gabinete, el infalible e intratable Hugo Luna.
En este sentido se habla de una estricta evaluación sobre el cumplimiento de las metas y tareas encargadas a la estructura gubernamental, legislativa y partidista de Movimiento Ciudadano, inclusive nos comentan que a partir de esas evaluaciones se pudieran registrar ajustes en el gabinete estatal. Así que algunos funcionarios, principalmente los que tienen la nómina más gruesa y varios presidentes municipales estarían cayendo de la gracia del gobernador. Ya veremos, afirmó el ciego.
Sacando agua de las piedras
Con la finalidad de que la Consulta sobre el Pacto Fiscal no quedara en el olvido, como le sucedió a la cacareada y frustrada “Refundación de Jalisco”, realizar un control de daños y retomar el control de la agenda pública, Enrique Alfaro anunció que impulsará una reforma constitucional para que la entidad revise y proponga un nuevo convenio fiscal. Adicionalmente, se piensa crear un Sistema de Administración Tributaria Local con la idea de alcanzar un manejo más eficiente de los impuestos.
A reserva de conocer los contenidos y alcances de dichas propuestas, su viabilidad jurídica y pertinencia técnica, es evidente que dichas propuestas mencionadas por el gobernador tienen un contenido político tanto para salir airoso de la fallida consultaestatal como para mantenerse oxigenado en el escenario nacional.
Una vez desaparecida la Alianza Federalista y sus constantes críticas a la CONAGO, Alfaro requiere con urgencia mostrar una bandera que lo haga visible en el elenco de gobernadores y evitar morir en el aislamiento y el desdén.
En los planes originales, Alfaro buscaba proyectarse nacionalmente con el cobijo de alrededor de 2 millones de jaliscienses, tomar fuerza y blindarse con el apoyo de sus paisanos; sin embargo, la realidad, a parte de fría ha sido cruda, y no queda más que hacer malabares para transitar en la coyuntura y buscar agua debajo de las piedras.
¿Aliados o adversarios?
Por cierto, otro tema presente en la agenda de Casa Jalisco es la relación con los presidentes municipales de Guadalajara y de Zapopan; Ni Pablo Lemus y, mucho menos, Juan José Frangie aparecían en los planes originales de los “Alfaro Boys” hace un par de años en el proyecto transexenal. Ambos empresarios surgieron como aliados circunstanciales del alfarismo y en la mejor de las expectativas se les ubicaba como diputado y regidor respectivamente.
Hoy, dichos personajes son actores claves para la sucesión estatal del 2024. De hecho, las apuestas políticas ponen a Pablo Lemus como el candidato natural de Movimiento Ciudadano para el gobierno del estado. Algo que todavía no acepta el gobernador y su círculo íntimo de amigos lo que ha llevado a una relación con fricciones y distanciamientos entre dichos personajes.
Alfaro no tolera ningún margen de independencia política de Lemus y Frangie. Todavía están latentes los reclamos que Enrique Alfaro por la invitación que ambos giraron a Raúl Padilla para sus tomas de protesta como presidentes municipales.
Lo más seguro es que la cuerda entre el gobernador y los dos presidentes municipales se estará estirando conforme pasen los meses debido a que el gobernador no va a tolerar ningún margen de independencia y autonomía en el quehacer de ambos funcionarios;pero resulta que Lemus y Frangie consideran que su capital político es propio, que tienen una trayectoria empresarial y política que han labrado desde la COPARMEX, que han sido aliados, pero nunca empleados incondicionales de Alfaro. Hagan sus apuestas, señores.