El grooming es el acoso a un menor por un adulto a través de las nuevas tecnologías. El acosador es un adulto con una intención sexual explícita o implícita. En esta modalidad de acoso, las situaciones de peligro para los menores son más sutiles y latentes. Son acciones realizadas para establecer de forma deliberada una relación y control emocional sobre un menor con el fin de preparar el terreno para el abuso sexual.
Los acosadores, que frecuentemente son hombres casados, tienen preferencia por un prepúber o púber. El menor suele ser ingenuo y no se da cuenta de que interactúa con un adulto. El acosador acaba confesando su edad y pidiendo secretismo; les convence que no deben decirlo a los padres pues no lo entenderían. Logran datos personales y fotografías, que cada vez serán con menos ropa. El grooming es considerado un delito englobado dentro del denominado exhibicionismo, difusión de contenidos pornográficos y corrupción de menores. Internet proporciona sensación de anonimato, pero es importante tener en cuenta que hoy en día se puede averiguar el lugar exacto y el equipo informático utilizado, aunque no necesariamente la persona que efectuó el grooming.
Existen 3 fases:
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Fase de amistad: se pone en contacto para conocer sus gustos, preferencias y crear una relación de amistad y confianza.
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Fase de relación: incluye confesiones personales e íntimas entre acosador y menor, estableciéndose una mayor confianza que hace que el acosador obtenga cada vez más información sobre sus gustos y preferencias.
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Fase con componente sexual: hay petición a los menores de su participación en actos de naturaleza sexual, grabación de imágenes o toma de fotografías.
¿Cómo podemos prevenir el acoso a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC)?
A través de la educación sanitaria en los controles de salud y también en visitas a demanda. Hay que educar en el uso seguro y responsable de las TICs y también de sus posibles riesgos.