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¿Habrá bloque opositor para el 2024?

por Felipe León López
06-07-2021

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Eso que llamamos oposición agrupada en “Va por México” es una coalición similar a la de “Juntos Haremos Historia”: un muégano en el cual lo mismo están las posiciones de izquierda, socialdemócrata, derecha, extrema derecha, empresarios, intelectuales, periodistas y líderes religiosos. Así, mientras la alianza oficialista está unida sólo por la figura del caudillo presidencial, en el otro bando, sus integrantes son disímbolos ideológicamente y en sus metas, teniendo en una sola causa en común: su rechazo al proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

 

A tres años de las elecciones del 1 julio de 2018 y del contundentes e histórico triunfo a favor de la alianza “Juntos Haremos Historia” motivó que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ufanara e ironizara al señalar que “la oposición está moralmente derrotada”.  Una humillación, una mofa y demostración de rudeza innecesaria hacia los partidos perdedores, que lo tomaron como una provocación y un reto para regresarle el golpe declarativo a contragolpes de votos de castigo.

 

En política nadie está muerto y, mucho menos, hay enemigos pequeños. Así, esos opositores asestaron el primer golpe en las elecciones del 2020 cuando en Coahuila e Hidalgo dejaron en ceros a MORENA, evidenciando sus contradicciones internas, el desgaste de sus líderes y el tribalismo que no logran superar.

 

Con muchas contradicciones, MORENA y sus aliados lograron resarcir algunas diferencias, aunque permanecieron las confrontaciones y las derrotas, como pasó en Nuevo León, San Luis Potosí y las del Edomex y CDMX.

 

Por supuesto, la errática conducción del muégano oficialista fue aprovechada por las oposiciones y el pasado proceso electoral, las condiciones fueron diferentes y esa oposición tan variopinta algo hizo y bien que, pese a ser otra vez derrotados, lograron contener y hasta agendarse algunas victorias si nos atenemos y revisamos con cuidado las cifras.

 

Esa “oposición moralmente derrotada” les quitó alrededor de cinco millones de votos a la alianza lopezobradorista, les pegaron a 34 distritos electorales federales, avanzaron otra vez en los principales municipios urbanos, los derrotaron en nueve de las 16 alcaldías de la CDMX, le ganaron gran parte de la zona norte del Valle de México, además, en la península de Yucatán, gran parte del norte y en el Bajío, como fue Querétaro, las votaciones fueron copiosas a su favor.

 

¿Qué funcionó? Aprovechar el descontento de la población urbana y clasemediera contra las decisiones del gobierno federal y haber logrado colocar en la ciudadanía que hay otras opciones ¿Qué no les funcionó?, pues sin duda que hay población afín al PAN que no gusta votar por el PRI ni por el PRD, así como de estos partidos por alguno de los cuadros panistas.

 

La coalición opositora le funcionó que hubiera voluntad de los dirigentes políticos del PAN, PRI y PRD, así como de empresarios y grupos de presión interesados en detener las políticas del presidente López Obrador. Pero está en duda si éstos van a seguir fondeando con apoyos económicos y sociales a sus candidatos para el largo trecho al 2024, pues en estas filas lo mismo hay grandes demócratas que diminutos golpistas, así sean minoritarios.

 

Esta coalición opositora tiene ventajas como haber logrado unificarse para las elecciones, pero encierra muchas dudas si podrán salvar la aduana de las agendas legislativas e ideológicas como son los derechos de las mujeres, de la LGBTIQ+, entre otras.

 

El camino para el 2024 tiene aduanas complicas por el crecimiento y fuerza que tendrán los aspirantes de la alianza de la 4T:  la renovación de gubernaturas del 2022 en Hidalgo, Tamaulipas, Durango, Oaxaca, Aguascalientes y Quintana Roo. Los opositores deberían apostar a ganar al menos dos estatales y apostarles a conquistar los municipios más importantes, donde ya tienen la experiencia de gobierno y aceptación.

 

Para el 2023, sin duda, la concentración debe estar en el Estado de México, donde el panismo salió fortalecido, pero el PRI aún da señales de vida. En el caso de MORENA, las divisiones del Grupo Texcoco podrían profundizarse y abriendo ventanas de oportunidad para los opositores. Si esta alianza va en serio, ya deberían estar construyendo esa candidatura para estar sólidos en la antesala del 2024.

 

Si en esta elección, los opositores tuvieron a su favor tuvieron nuevos liderazgos, caras frescas que estuvieron más allá de los partidos políticos y ganaron simpatías; en contra siguen pesando negativamente figuras desgastadas como la de Ricardo Anaya y de los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, por citar algunas.

 

Para el 2024 habría de considerar dos bloques fuertes desde la oposición. Por un lado, los panistas del Bajío (Querétaro, Guanajuato, SLP) que podrían ser el grupo más fuerte para encabezar la alianza con lo que queden del PRI y PRD, dado que demostraron músculo y capacidad estratégica como fue la victoria rotunda en Querétaro

 

El otro bloque que no debe minimizarse es. Movimiento Ciudadano, el cual ya prepara tres prospectos que quieren correr por rutas nuevas y dar la sorpresa para las siguientes elecciones. Y ahí están el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, el electo de Nuevo León, Samuel García y hasta el alcalde electo de Monterrey, Luis D. Colosio Riojas.

 

Quizá en esta calentura futurista no faltara que surja algún representante del sector privado que, como el famoso Manuel J. Clouthier, quiera darse baños de pueblo y buscar el voto popular, pero aún están muy verdes para que esto ocurra, dado que los visibles como Claudio X González o Gustavo de Hoyos tienen más negativos que positivos.

 

La oposición piensa en el 2024 y están calentando la estufa como lo están los aspirantes que giran alrededor de Juntos Hacemos Historia. Falta mucho, pero el tema está ahí, empujado por el propio López Obrador y alentado por los aliados de todos los actores políticos, sociales y económicos. Agárrense.

 

Contacto: feleon_2000@yahoo.com