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¿Han cambiado las preferencias durante el actual proceso electoral federal?

por Redacción
30-01-2024

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 ¿Han cambiado las preferencias durante el actual proceso electoral federal?

Columna de Ricardo de la Peña

Al momento de escribir este texto, han transcurrido cuatro y medio meses del proceso electoral federal 2023-2024, restando apenas cuatro meses para su cierre, por lo que ya ha pasado más de la mitad del tiempo programado para éste. Sin embargo, falta un mes para que arranquen formalmente las campañas con la multiplicidad de acontecimiento que suelen ocurrir durante dicho periodo, incluyendo los tres debates oficialmente establecidos entre quienes detentan las candidaturas a la Presidencia de la República, además de decenas, sino cientos de encuentros entre aspirantes a los nueve puestos Ejecutivos locales en disputa y las posiciones por Senadurías y diputaciones.

En el período previo al inicio formal del proceso electoral federal se tuvieron procesos internos a los partidos políticos o bloques partidarios para la definición de encargos que encubrían la selección de candidaturas a la Presidencia de la República. En esas fechas sí se dio un movimiento significativo y reflejado en encuestas en las preferencias electorales de la ciudadanía, ante la incorporación y rápido crecimiento de la candidatura opositora que hoy tiene Xóchitl Gálvez, y la consolidación por unificación de las preferencias a favor de la contendiente oficialista, Claudia Sheinbaum. El único cambio posterior fue la definición de Movimiento Ciudadano por Samuel García y su posterior renuncia al encargo, para ser suplido ya al cierre de precampañas por Jorge Álvarez Máynez, quien no tuvo tiempo suficiente hasta el período de silencio posterior a precampañas para ser conocido y menos obtener un caudal propio de respaldos, más allá del voto duro por su partido.

Pero, ¿el largo período de casi veinte semanas desde el arranque formal del proceso electoral ha permitido que se generé algún cambio significativo en las preferencias electorales de la ciudadanía? La respuesta inmediata es que, conforme a los datos de las diversas encuestas publicadas, no ha habido variaciones mayores en las preferencias. Veamos los datos al respecto que se encuentran disponibles, en el entendido de que este recuento es producto, como en el caso de otras compilaciones, de un esfuerzo particular por detectar los resultados que van reportando las diversas casas encuestadoras y no de la recuperación de lo que ha sido reportado por la Secretaría Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral, que otrora fue la fuente privilegiada para las compilaciones, pero que en el actual proceso electoral ha carecido de la actualidad requerida y presentado datos que están repletos de inexactitudes y omisiones que hacen perder la confiabilidad que se requeriría en esta fuente.

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Ojalá la nueva responsable de la Secretaría Ejecutiva tenga el tiempo e interés por perfeccionar los informes que se presentan al Consejo General del Instituto y mantener actualizado el repositorio institucional de manera tal que se pueda consultar una encuesta referida en estos informes de manera inmediata y no meses después.

Conforme a este proceso de compilación —que no garantiza la exhaustividad del inventario—, al corte inmediato posterior al cierre de las precampañas, el día 23 de enero de 2024, se habían detectado 167 estudios nacionales por encuesta, producto de los distintos modos de aproximación existentes. Apenas una quinta parte corresponden al modo ortodoxo de realización mediante entrevistas presenciales en vivienda, siendo el modo más socorrido el de entrevista telefónica a través de respuesta de voz interactiva o como suele llamárseles comúnmente robotizadas, que representan 37 por ciento de las mediciones divulgadas. En total, seis de cada diez encuestas son ahora producto de mecanismos automatizados de entrevista, sin intervención directa de seres humanos, algunas expresamente no probabilísticas, como son las mediciones por Internet (Gráfico 1).

Los resultados en votación efectiva han tenido una muy elevada estabilidad: Claudia Sheinbaum muestra una media de 61% y una desviación típica de 8 puntos, con un margen de ventaja promedio de 29% sobre la otra candidata; Xóchitl Gálvez tiene una media de 31%, con una desviación estándar de 7 puntos. El dato más alto observado para Xóchitl Gálvez está una décima de punto por debajo del dato más bajo observado para Claudia Sheinbaum (Gráfico 2).

Pero esta consistencia en lo general resulta de un engaño cuando se decantan los datos según modo de aproximación, pues es claro que el margen de ventaja medido según esta variable es distinto (Gráfico 3), más alto en encuestas con entrevistas personalizadas, sean presenciales o telefónicas, y menor cuando son entrevistas automatizadas, bien de tipo telefónico, bien digitalizadas.

El método anterior de análisis asume como unidad la encuesta publicada, pero es cierto que el promedio de mediciones hechas de conocimiento público por encuestadora varia de manera significativa según el modo de aproximación, dados los diferentes costos y requerimientos para la realización de un estudio según el tipo de método de acercamiento al informante que se utilice. Así, como se ve en el Gráfico 4, de una media de 4.5 mediciones por encuestadora a la fecha, cada casa que ha publicitado estudios presenciales en vivienda ha difundido menos de tres encuestas en promedio, mientras que la media por encuestadora que difunde encuestas telefónicas robotizadas es de casi ocho estudios.

Por ello, una manera de conocer y poder seriar las mediciones por contendiente es promediar los resultados de una misma casa difundidos a lo largo de un mes. Al hacerlo, como se muestra en el Gráfico 5, se encuentra de nuevo la estabilidad ya conocida desde láminas previas: Claudia Sheinbaum habría tenido desde un máximo de 64 por ciento que refleja en las mediciones de enero hasta un mínimo de 58 por ciento observado hace dos meses, una brecha de sólo seis puntos; Xóchitl Gálvez por su parte habría observado entre 32 y 30 por ciento, una brecha muy cerrada de apenas dos puntos. El margen de ventaja se habría ampliado en este período de cinco meses de 26 por ciento en septiembre pasado a 33 por ciento desde diciembre del año que terminó, con una correlación negativa entre las intenciones definidas de voto por dos candidatas de 81 por ciento, por lo que su variación está claramente enlazada: a mayor medición por una, menor la medición por la otra candidata.

Luego, la disminución en los últimos dos meses del margen de ventaja se debe sobre todo a la reducción reciente de preferencias a favor de Movimiento Ciudadano, producto del proceso de cambio de candidato, con quien la líder tiene una correlación negativa de 51 por ciento contra la práctica independencia entre Gálvez y Movimiento Ciudadano (correlación negativa de 6 por ciento), lo que lleva a inferir que el voto por la tercera opción afecta sobre todo a quien lidera en las encuestas.

Más de nuevo: esta aparente estabilidad temporal es producto de la agregación de los distintos modos de aproximación, pues aunque para cada uno de ellos se descubre una relativa estabilidad, con cambios de apenas cuatro puntos en los márgenes medios de ventaja reportados cada mes en cada modo, los valores que se observen en el margen de ventaja que reflejan son distintos: más altos en el caso de entrevista presenciales, con una altura de 37 por ciento en el presente mes, y sobre todo de telefónicas personales, que llegan a 48 por ciento de diferencia entre las dos candidatas, mientras que las encuestas automatizadas muestran una brecha menor, de veinte puntos en las telefónicas robotizadas y de 22 por ciento en el caso de los estudios no probabilísticos realizados por Internet (Gráfico 6).


Es así como la realidad que nos han mostrado las encuestas a lo largo del actual proceso electoral tiene dos vertientes: primero, todas coinciden en un ordenamiento que ubica en primer lugar a Claudia Sheinbaum por delante de Xóchitl Gálvez, con una estabilidad relativa en las preferencias por cada contendiente, merced a una brecha que se sitúa en torno a treinta puntos en promedio. Empero, este promedio es engañoso, pues las encuestas con entrevistas personalizadas, sean presenciales o telefónicas, presentan un margen más amplio, cercano a cuarenta puntos, mientras que las mediciones mediante entrevistas automatizadas, telefónicas o digitalizadas (no probabilísticas), reflejan una distancia más estrecha, en torno a veinte puntos.


Desde luego no es lo mismo hablar de cuarenta que de veinte puntos de diferencia entre las dos candidatas antes del inicio formal de las campañas electorales, aunque resulta imposible establecer cuál es el margen de diferencia existente en la actualidad, siendo sólo factible asumir que existe una media del conjunto y una división entre mediciones según el modo de aproximación que se emplee para encuestar, pudiendo ocurrir que la realidad se ubique hacia alguno de los extremos o bien entre ambos subconjuntos. Y es claro que cada quien creerá en las mediciones que se aproximen más a sus simpatías, al margen de la calidad y rigurosidad intrínseca de los estudios.


[1] Presidente Ejecutivo de ISA Investigaciones Sociales Aplicadas.