¿Qué es el herpes zóster?
El herpes zóster es una infección producida por el virus varicela-zóster, que es el mismo que produce la varicela.
¿Cómo se produce?
Cuando un niño o un adulto se contagia por primera vez por el virus varicela-zóster padece la varicela. Una vez pasada la infección el virus no desaparece del organismo, sino que permanece en él de forma inactiva en determinados ganglios del sistema nervioso durante toda la vida y en la mayor parte de los casos sin producir trastorno alguno a lo largo de ella.
Sin embargo, puede ocurrir que después de un tiempo más o menos largo, a veces muchos años tras la remisión de la varicela, el virus se reactive en el ganglio en el que permanecía y se propague a través del nervio que parte del mismo, originando el proceso.
¿Por qué se produce?
La causa más frecuente de la reactivación del virus es la disminución de las defensas del organismo provocada por enfermedades, medicamentos, malnutrición o edad avanzada, aunque con frecuencia la causa no puede precisarse. Puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente en la edad adulta que en la infancia. En el niño es raro antes de los 5- 6 años y en el adulto ocurre sobre todo a partir de los 50 años.
Aunque puede afectar a niños correctamente vacunados frente a la varicela por reactivación del virus vacunal, que es el mismo que produce el herpes zoster pero atenuado, su frecuencia es mucho menor que tras padecer la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas del herpes zóster?
Se origina una erupción (vulgarmente conocida como “culebrilla”) formada por vesículas semejantes a las de la varicela, aunque más pequeñas, sobre una base de piel enrojecida y que se extienden a lo largo del trayecto del nervio correspondiente al ganglio afectado. Aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, las localizaciones más frecuentes son el costado y la espalda.
La afectación de la piel puede acompañarse de una ligera elevación de la temperatura y cierta sensación de quemazón o dolor localizado. El dolor puede aparecer incluso unos días antes que las lesiones de la piel. En su evolución, las vesículas se rompen, se secan y se cubren de una costra en unos 10 días; estas costras caen, dejando manchas residuales que desaparecen a lo largo de varias semanas.
En la mayoría de los niños previamente sanos solo es necesario el tratamiento de los síntomas como el picor, el dolor o la fiebre, si existe. Se debe mantener una buena higiene de la piel afectada para evitar las infecciones añadidas. No se debe administrar aspirina ni corticoides porque pueden ser causa de complicaciones.
Debe evitarse el contacto del paciente con individuos que no hayan pasado la varicela ya que estos pueden contraer dicha enfermedad.
Existe un tratamiento antiviral que está indicado solo en determinadas circunstancias, sobre todo cuando hay riesgo o se presentan complicaciones relacionadas con la disminución de las defensas.
¿Se puede prevenir el herpes zóster?
La vacuna contra la varicela con dos dosis, incluida en el calendario de vacunacion de toda España, es la mejor medida para prevenir el herpes zóster o que este sea mas leve en caso de presentarse. Actualmente se dispone de una vacuna frente al herpes zoster, pero indicada solo para adultos, a partir de los 50 años.