“No, no es verdad que los varones siempre estemos al quite de un impulso sexual. Solo es una idea preconcebida que conviene desterrar cuanto antes”, dice el doctor José Benítez Molina, especialista en sexualidad masculina y director médico de Boston Medical Group, y añade:
“A los hombres también nos afectan los requiebros de la rutina diaria, las obligaciones laborales, los problemas que surgen en la relación de pareja, la crianza de l@s hij@s o las enfermedades orgánicas y psicológicas”.
La falta de deseo sexual o libido en el varón, rompecabezas vinculado tradicionalmente a la mujer, es un problema creciente en las consultas médicas y psicológicas: “Esta cuestión aparece como tercera causa de disfunción sexual masculina por detrás de la disfunción eréctil y la eyaculación Precoz”, destaca.
¿Sexo in mente?… No, los hombres no son robots sexuales
Aunque la práctica sexual libere endorfinas -neurotransmisores- y esto ayude a disminuir el estrés rápidamente, lo más habitual es que la inmensa mayoría de los hombres lleguen a casa con el agotamiento propio del ajetreo sociolaboral, por lo que ni siquiera se plantean la posibilidad de tener relaciones sexuales, ni solos ni acompañados.
“Después de una jornada agotadora solo quieren relajarse y descansar, aunque sea cierto que el estrés relacionado con el trabajo provoca una disminución más que sensible en la frecuencia de las relaciones sexuales y, por ende, de su deseo sexual”, afirma el doctor Benítez.