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¿Importa la diferencia de edad en una relación de pareja?

por Leticia Montes
07-08-2021

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El refranero insiste en que para el amor no hay edad pero, ¿qué ocurre cuando entre los dos miembros de la pareja existe una gran diferencia de años? ¿es posible mantener la llama de la pasión viva y lidiar con las distintas dificultades -muchas de ellas externas a la propia pareja- que se plantean por el camino?

Los estudios parecen algo agoreros, al menos en la teoría, al respecto. Según uno de los más conocidos, realizado por el profesor Andrew Francis de la Universidad Emory en Atlanta (Estados Unidos) y publicado en The Atlantic, la edad sí es un factor determinante para la duración de una pareja. Los resultados arrojaron que una pareja con cinco años de diferencia de edad entre sus miembros tiene un 18% más de posibilidades de separarse, mientras que si la diferencia es de diez años, el riesgo de acabar separados aumentaba hasta el 39%.

Sin embargo, son muchos los casos - entre ellos los de numerosas parejas formadas por personajes públicos- que han desafiado estos datos tan pesimistas: los actores Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, Bruce Willis y la modelo Emma Heming, Hugh Jackman y la productora Debora Lee-Furness o el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Trogneux.

¿Es por tanto la edad un factor tan determinante o la perdurabilidad de estas relaciones en el tiempo depende más bien de otras cuestiones? Los especialistas en relaciones de pareja y sexología señalan que las parejas separadas por un número importante de años, más que en una mera cuestión de números deben poner el foco en ciertas cuestiones relacionadas con la diferencia de edad que podrían afectar en mayor medida a su estabilidad. Estos son algunos de los factores a tener en cuenta:

Dejar a un lado los prejuicios sociales

En muchas ocasiones, los factores externos a la propia pareja pueden ser determinantes para su supervivencia. Por mucho que haya evolucionado el mundo, algunos prejuicios y convenciones sociales siguen latentes y la diferencia de edad entre las parejas es uno de ellos. Cuando la separación de años entre ambos es notable muchas veces se sospecha directamente de las verdaderas intenciones o motivos por los que se ha iniciado esa relación. Otras, la propia familia (sobre todo, en el caso de que una de las partes tenga hijos de otra relación) o los amigos pueden ver con recelo esta diferencia de edad, así que conviene aprender a gestionarlo y normalizar la situación con ellos para que no se produzcan tensiones a la larga. Es tarea de todos aprender a tolerar la decisión de dos personas maduras que han decidido dar el paso para formar una pareja y evitar conflictos innecesarios que obliguen a elegir entre unos y otros. Integrarse en la familia y que lo integren a uno, resulta esencial.

En el caso de que la mujer sea mayor que el hombre, el juicio moral todavía se agrava mas, demostrando que en cuestiones de igualdad de sexos todavía queda mucho camino por hacer. Mientras que un hombre maduro forme pareja con una mujer mas joven suele ser socialmente más aceptable e, incluso, motivo de admiración; cuando la mujer es la mayor suele escamar más. El trabajo de ambos miembros por superar y dejar de lado esta presión social es fundamental para que la pareja pueda consolidarse.

Formas de vida: mantener lo de uno, respetar lo del otro

Las rutinas y aficiones de cada uno de los miembros de la pareja pueden ser muy diferentes cuanto mayor es la edad que les separa. Como en toda pareja, independientemente de los años de diferencia, es importante aprender a respetar que cada miembro tiene que poder reservar un espacio propio para disfrutar de aquellas cosas que le hacen feliz. Al mismo tiempo, interesarse por aquellas actividades, planes o cuestiones del otro demostrará que hay simbiosis, respeto, ganas de amoldarse, aprender cosas nuevas y compartirlas juntos.

Equilibrar las relaciones sociales

El tipo de amigos, ambientes y contexto social que frecuenta cada miembro de la pareja puede oscilar mucho según la edad de cada uno de ellos. Como en el caso de las aficiones, es importante aprender a repartir el tiempo, establecer una equidad entre las veces que se queda con los amigos de cada uno e, incluso, buscar momentos para mezclarlos. Lo ideal sería encontrar un equilibrio para que ninguna de las dos parten tenga la sensación de que está sacrificando a los suyos en favor del otro.

El grado de madurez, sí importa

El grado de madurez también es un punto importante que puede, a la larga, distanciar a la pareja. Lo que el mas joven puede considerar un gran problema al mayor puede parecerle una minucia por la experiencia adquirida a lo largo de los años y el aprendizaje en situaciones parecidas. Ambos deben buscar recursos y ponerse en el lugar del otro para resolver estos conflictos. En cualquier caso, sería incorrecto presuponer que el mas joven sea siempre mas inmaduro, ya que por su experiencia vital o tipo de personalidad podría ser todo lo contrario.

Valores vs años

Hay factores que si se comparten pueden unir muchísimo a una pareja a pesar de la diferencia de edad: la misma educación, los mismos valores, las personalidades en sintonía o caracteres complementarios, las mismas expectativas...

Donde hay planes, hay futuro

Esta es una regla de oro tanto parejas de la misma edad como de edades muy dispares. Tener los mismos objetivos y deseos de cara al futuro, hacen fuerte la relación: tener hijos en común, planes laborales o de estilo de vida... Buscar simetrías y sinergias es sinónimo de éxito.

Relaciones sexuales: no aparcarlas

Otro tema en el que se debe ir de la mano: la importancia que le damos a las relaciones sexuales, la frecuencia, el nivel de la libido en el que se encuentra cada miembro de la pareja, el interés por satisfacer al otro... y siempre teniendo en cuenta que si surge algún tipo de problema, la terapia sexual resulta un recurso óptimo para aprender a disfrutar plenamente de las relaciones.