Revive Biden espíritu de Reagan contra México; doblegar a AMLO
En el escenario realista en modo de juegos de poder internacionales, la comunidad de los servicios de inteligencia de Estados Unidos ha colocado a México como una pieza clave del control geopolítico de la región de América Latina y el Caribe y ha comenzado autorizar iniciativas de intervención que no se habían visto desde aquel 1985 de Reagan y la CIA contra su vecino del sur.
En la Evaluación Anual de Amenazas de febrero de 2022 se establece el marco referencial que tiene Estados Unidos sobre el momento actual y que de muchas maneras explicaría la estrategia de la Casa Blanca en Ucrania para doblegar a Rusia.
La comunidad de los servicios de inteligencia es el organismo supremo del espionaje interno y externo de Estados Unidos a través de la coordinación de 17 oficinas dedicadas a esos menesteres y coordinadas por el que sería el Ministro del Espionaje con rango de director de inteligencia nacional, una oficina creada para coordinar todo el aparato de espionaje estadounidense después de los ataques del 9/11 de 2001 y armado por el entonces master de los espías que fue embajador de Estados Unidos en México en el diseño estratégico del Tratado de Comercio Libre: John Dimitri Negroponte, primer director de inteligencia nacional.
La Evaluación de inteligencia (https://www.dni.gov/files/ODNI/documents/assessments/ATA-2022-Unclassified-Report.pdf) se complementa con la iniciativa de ley presentada por un senador demócrata y un senador republicano (Robert Menéndez y Marco Rubio) titulada Ley de Estrategia de Seguridad del Hemisferio Occidental 2022 que reconstruye el modelo estratégico ideado por la política de seguridad nacional del gobierno de Reagan para aumentar el poderío de Estados Unidos en todo el mundo, regresando al modelo imperial de un paraguas de seguridad que abarcaría a todos los países de modelo económico occidental, es decir, capitalista proestadounidense y religioso.
La propuesta de estos senadores, que ya ha sido procesada en el Congreso, reconstruye el modelo de Estados Unidos como un Estado de seguridad nacional que conceptualizó en el académico Gore Vidal para explicar la estrategia de enfoque imperial de la Casa Blanca que estaba dando cuenta del bloque soviético. Esta ley regresa a la caracterización reaganiana de regímenes autoritarios y al modelo de Obama de transnacionalizar los cárteles del narcotráfico para justificar intervenciones militares y de seguridad de Estados Unidos en otros países responsabilizándolos del consumo de drogas de los adictos estadounidenses.
La pinza de la Evaluación de Amenazas y la Ley de Estrategia de Seguridad del Hemisferio Occidental busca construir una política intervencionista de la Casa Blanca en América Latina y el Caribe para detener la influencia política de China y Rusia en la región. El esquema de interpretación geopolítica lo señala el primer párrafo de la evaluación: “en el próximo año Estados Unidos y sus aliados enfrentarán un entorno de seguridad global cada vez más complejo e interconectado, marcado por el creciente espectro de competencia y el conflicto entre las grandes potencias, mientras que las amenazas colectivas y transnacionales para todas las naciones y actores compiten por nuestra atención y recursos finitos”.
Aplicado este modelo al caso de Ucrania, Estados Unidos tenía ya preparado todo su esquema de reconstrucción del modelo de seguridad basado en la guerra fría EU-Unión Soviética del período 1961-1991; después de la caída del muro de Berlín y de la desintegración de la URSS, Estados Unidos perdió el control geopolítico y de seguridad nacional del área occidental y permitió la consolidación del bloque petrolero árabe, el fortalecimiento de China como potencia comercial y militar y le dio 20 años de ventaja a Putin para reparar su zona de influencia en Asia.
En este escenario, los dos documentos que consolidan el enfoque de seguridad nacional de Estados Unidos sobre América Latina y el Caribe adelantan acciones geopolíticas para volver a dominar a México como el muro de contención de las presiones de gobiernos populistas al sur del río Bravo y avisan decisiones de intervención en materia de seguridad para militarizar el tema del crimen organizado trasnacional en México.
Biden, por tanto, reconstruye el imperio guerrerista de Reagan y Ucrania es el primer paso.