Carlos Ramírez
Una vez que el Tribunal Electoral dictaminó la negativa del
INE a las candidaturas de Morena en Guerrero y Michoacán, la función
legal del Instituto Electoral terminó su tarea específica y sus funcionarios
debieron de regresar a administrar sus tareas procedimentales de padrón,
casillas, funcionarios vigilantes, votos y conteo.
En este contexto, no se entienden las razones legales que
puedan tener Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Murayama Rendón para inventar
un debate sobre la democracia y subirse al ring contra el presidente de la república
y sus espacios para pronunciarse sobre la democracia. Córdova se ha puesto los guantes
contra López Obrador y Murayama se ha investido de caballero andante
contra el populismo morenista y lopezobradorista.
Porque una cosa es la democracia como procedimiento plebiscitario
para elegir gobernantes en diferentes niveles de gobierno y otra cosa la
democracia como forma de régimen político. Y desde el escritorio del autoritarismo
electoral, Córdova y Murayama quieren convertirse en los comisarios de la
democracia como ideología, filosofía, forma de gobierno y funcionamiento
institucional, tareas, por cierto, ajenas a sus funciones estrictas de hacer
elecciones.
La intención de los dos funcionarios del INE tiene el sentido de evitar
uno de los procesos propios de la democracia: la votación legal y legitima por
funcionarios electos que en el poder cambien el sentido de la
democracia. Pero se trata de un enfoque estalinista: evitar críticas suponiendo
tentaciones dictatoriales. Pero hasta ahora, el presidente López Obrador no
ha tomado ninguna decisión que rompa el orden democrático legal existente,
aunque, como todos los políticos e inclusive los ideólogos del INE, pueda
caminar por el filo de la navaja procedimental.
En la realidad, nada tiene que decir Córdova Vianello de la
democracia como forma de gobierno o de funcionamiento de las instituciones y de
sus titulares, y peor aún adelantando suposiciones autoritarias. Y
Murayama carece de facultades para utilizar de manera mañosa y
tramposa su cargo de consejero electoral y co-presidente del INE, para
criticar, censurar y solicitar que no se vote por el populismo.
En los hechos, Córdova Vianello y Murayama Rendón están cometiendo
un delito electoral: con sus críticas, mensajes, discursos y patrocinio
de libros están induciendo el voto contra Morena como uno de los
contendientes. Nadie ha objetado la aplicación de un reglamento para
sacar de la contienda a dos figuras del morenismo, pero en las últimas horas
los dos han estado dando declaraciones que los meten como protagonistas
en el proceso electoral.
En su oposición al populismo desde la perspectiva del neoliberalismo
salinista que le dio nacimiento y sentido al INE y que le impuso el ADN
ideológico, Córdova Vianello y Murayama Rendón ya dieron forma al Partido
INE como organización participante en la contienda en consonancia con
los objetivos de la alianza salinista PRI-PAN-PRD. Eso si, los dos han guardado
silencio intelectual y político del papel del salinismo neoliberal como populismo
conservador.
El consejo general del Partido INE debería aplicar
el reglamento que le exige a los funcionarios del organismo electoral no involucrarse
en los procesos electorales para beneficiar a alguno de los contendientes. Córdova
Vianello y Murayama Rendón hacen recordar al famoso Tirantes, el réferi
de las luchas de la Triple A que siempre intervenía para beneficiar a alguno de
los luchadores y afectar al otro.
Los debates en medios de Córdova Vianello y Murayama Rendón podrían
ser elementos probatorios para alguna futura denuncia contra la parcialidad
de la autoridad electoral contra uno de los contendientes. Al final, la neurosis
del micrófono de los dos funcionarios del INE serán elementos para la reforma
del Instituto antes de que los dos terminen su gestión en 2023.
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Política, economía y
deporte. El caso del entrenador Ricardo Tuca
Ferreti, del equipo de futbol de los Tigres de la Universidad Autónoma
de Nuevo León, tiene tintes políticos y empresariales. Las empresas
regiomontanas patrocinadoras del equipo se molestaron con las quejas del
director técnico por tratos económicos y lo cesaron. La empresa CEMEX fue la
más molesta con las quejas del Tuca y afirmó que eran de deslealtad.
Política para dummies: La
política es de reglas, comenzado por las que controlan a los réferis y árbitros.
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