Carlos Ramírez
Por distraerse
como paladín de la democracia, por desidia, por miedo, por buscar el choque
con el presidente de la república o por asuntos similares, el caso es que el
Instituto Nacional Electoral es corresponsable del clima de violencia
que está afectando a los candidatos y que está creando condiciones para alejar
a los votantes de las urnas.
La seguridad en el proceso electoral tiene su parte de
garantía para ejercer el voto. Y si bien el INE no es un aparato
policiaco, sí tiene facultades, funciones y posibilidades de haber exigir
a la autoridad algo más que guardaespaldas para candidatos y mensajitos
irrelevantes sobre el voto por encima de la seguridad de los votantes. Entre los
miles de comisiones burocráticas del INE debería de haber una encargada de la seguridad
como garantía de ejercicio al voto,
En todas sus intervenciones producto de su neurosis del micrófono,
el consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello ha mostrado una especie de
miedo personal a la inseguridad. Los asesinatos, amenazas y agresiones
contra candidatos forman parte de la función organizacional de
elecciones que le corresponden al INE. Pero el organismo tiene comisiones para todo, menos
para el tema de seguridad de candidatos y electores.
Si los medios comienzan a potenciar el argumento de que la
seguridad de candidatos y electores en una definición de democracia, quizá
entonces el consejero presidente del INE se ponga su traje de superhéroe
y salga a declarar no sólo la necesidad de garantías para las
elecciones, sino que contribuya con una comisión dentro del organismo para investigar,
indagar y supervisar la seguridad electoral más allá de los guardaespaldas.
Ahora que el INE está despilfarrando dinero para pagar libros e investigaciones
contra el populismo lopezobradorista y por la democracia, sería buena idea que
buscara a especialistas académicos en zonas de inseguridad y
organizaciones criminales para establecer un mapa estratégico de
inseguridad/violencia y las áreas electorales en curso.
Peor aún: el INE ha decidido hacerse a un lado en el choque
de mensajes y acusaciones entre candidatos a propósito de amenazas contra
candidatos y campañas en la construcción de un clima de incertidumbre que podría
alejar a los votantes de las casillas, cuando su función es vigilar la
calidad electoral de candidatos y campañas. Quizá si se difunde también la versión
de que la criminalidad es una forma de populismo entonces el INE pueda voltear
hacia la realidad y abrir una línea de atención a la descomposición del
proceso electoral.
El INE de Córdova Vianello está más preocupado por mantener el
ritmo de su campaña antipopulista y de confrontarse face to face
con el presidente de la república, que en atender todas las partes sustanciales
del proceso electoral. Al INE se le colaron candidatos con relaciones
con el crimen organizado, ha tenido miedo de atender quejas sobre el
involucramiento delictivo en el proceso electoral y nada quiere saber de
la posibilidad de que cárteles y bandas delictivas estén poniendo
candidatos y con ello gobernadores, diputados federales y alcaldes.
El clima de seguridad es parte del ambiente electoral. No
se sabe, por ejemplo, que Córdova Vianello haya visitado la Florería de Bucareli
para proponer puntos concretos, porque buena parte de su tiempo se pasa
hablando de democracia y promoviendo sus libros personales escritos en tiempos
de funcionario electoral. Sin ser policía ni agente de seguridad, el INE ha perdido
el tiempo en batallas ideológicas a favor de la alianza PAN-PRI-PRD-Coparmex-embajada
de EE. UU. que en sentarse a definir condiciones de seguridad para las
elecciones.
Lo peor que le puede pasar --y le está ocurriendo-- al INE
de Córdova Vianello es que a puestos de gobernadores, diputados federales y
alcaldes lleguen representantes de grupos criminales. La crisis en Valle
de Bravo, por ejemplo, debió de haber sido atendida por el INE en
materia de señalamientos de campañas violentas de una candidata contra otra.
Los candidatos que se han retirado de la contienda por amenazas son otro tema
que revela el fracaso del INE de Córdova Vianello.
Quedan diez días de campaña y Córdova Vianello se está escondiendo
en su oficina de la violencia electoral que forma parte del ejercicio de la
democracia. Los delincuentes que hayan puesto cargos públicos serán
corresponsabilidad del INE y de Córdova Vianello.
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Política para dummies: La política no es sólo el retuit, sino la vigilancia para
que un poder criminal no domine al poder político con reglas de violencia.
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