José
Luis Camacho Acevedo
Ayer domingo, el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación ha notificado oficialmente al INE, la resolución para
que reconsidere el caso de Félix Salgado Macedonio, entre otros. A partir de
ese momento, comenzaron a correr 48 horas para que sesione el consejo general del
órgano electoral.
Resulta controversial pero no es increíble que
Morena exija al INE que regrese la candidatura a Salgado Macedonio, a pesar de que
el TEPJF no les compró el argumento: Salgado sí hizo precampaña, violó la ley y
debería ser sancionado.
Pero el TEPJP actuó como Poncio Pilatos y se
lavó las manos, ha puesto entonces en jaque al INE, ahora está expuesto al escrutinio
público y al ataque a su credibilidad, todo esto rumbo a las elecciones más
grandes y complejas de la historia de México.
Hagan lo que hagan el INE y su presidente Lorenzo
Cordova, la verdad es que se mueven en un tablero de arena movediza.
El diferendo que se libra, más mediática que
jurídicamente, entre el INE y Morena, ha dejado varias lecturas que, entre
muchas otras cosas, al redactor de estas notas le sirven para ratificar dos
tesis que hemos expuesto en este espacio en varias ocasiones:
1.- La discrecional asignación de salarios y
prestaciones que tienen los que he llamado “príncipes de la democracia”, y que
no son otros que los funcionarios que ha tenido la institución electoral desde
que se “ciudadanizó”, después de que Don. Fernando Gutiérrez Barrios y Manlio
Fabio Beltrones cambiaron hasta el nombre de la Comisión Federal Electoral por
el de IFE (Instituto Federal Electoral, hoy coloquialmente conocido como el
INE) eran verdaderamente ofensivos por su volumen y su opacidad, y deberían ser
ajustados a la realidad económica del país.
Los sueldazos que devengan los príncipes de la
democracia fueron una compensación “moral”, llena de culpa del oficialismo, que
obedeció a la falta de credibilidad que tenía la sociedad de las autoridades
electorales después de más de medio siglo de haber sido manejados los comicios
mexicanos de una manera por demás mapachesca y tramposa.
Bienvenido el manejo de los procesos
electorales en una forma transparente y creíble. Pero muy mal que los
funcionarios electorales defiendan con más ahínco sus prebendas que el móvil
original de su tarea de darle seguridad al electorado de que ejercerá su poder
de voto y su decisión será plenamente respetada en cada una de las instancias.
2.- Las sanciones impuestas por el INE a varios
connotados candidatos de Morena en realidad están sobredimensionadas por el
sobrecalentamiento electoral. Si en realidad los aspirantes a cargos de
elección popular postulados por el partido fundado por Andrés Manuel López
Obrador omitieron reportar sus actividades preliminares a la autoridad
correspondiente tal y como están obligados, pues que se les sancione conforme a
lo que marca la norma.
Pero también es justo que se considere un
derecho natural el de defenderse en los tribunales.
Aquí lo hemos mencionado repetidamente: a
MORENA le faltan varios años para que aprenda a ser y parecer un verdadero
partido político. Dura tarea la que tiene Mario Delgado de quitarle la
vestimenta de voluntaristas políticos a sus candidatos, (el voluntarista es un
político improvisado) a no pocos de sus militantes que están inscritos para
contender en los comicios de junio próximo.