La giardiasis es una enfermedad intestinal muy común en el mundo, en especial en las áreas con poca higiene y aguas contaminadas. Es una infección provocada por un parásito llamado Giardia intestinalis (antes conocido como Giardia lamblia). Es un organismo muy pequeño que solo puede ser visto al microscopio. Aunque la infección se adquiere generalmente por tomar agua o ingerir alimentos contaminados, también puede ser transmitida de persona a persona.
La enfermedad se origina al tomar agua o comida contaminadas con las formas jóvenes del parásito (los quistes). Éstos, una vez que llegan al intestino, crecen hasta transformarse en los parásitos adultos, los cuales provocan los síntomas clásicos.
¿Cuáles son sus síntomas?
Diarrea, flatulencia (gases abundantes), malestar general, inapetencia, distensión abdominal, pérdida de peso, vómitos y, raramente, fiebre. Algunos niños tienen solo alguno de los síntomas, por ejemplo diarrea, mientras que otros tienen un cuadro más llamativo, con varias manifestaciones a la vez.
¿Qué puedo hacer?
Ante la sospecha de padecer esta infección, lo mejor es acudir a su médico. No es una enfermedad grave, pero requiere ser evaluada por un profesional.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se hace con un examen de las heces del paciente. Muchas veces es necesario repetirlo en dos ocasiones más (se le llama examen de heces de tres muestras). También existen exámenes de sangre, aunque no suelen utilizarse y no siempre están disponibles.
¿Cómo se trata?
La mayoría de las infecciones por Giardia sin síntomas se curan por sí solas en unas semanas. Sin embargo, cuando la persona infectada tiene síntomas o es muy probable que esté transmitiendo la enfermedad, se puede tratar con antibióticos orales.
¿Cómo se puede prevenir?
En esta enfermedad, como siempre, lo mejor es la prevención. Se debe mantener una higiene adecuada y educar a la familia en las medidas higiénicas universales:
- Lavar las manos con agua y jabón tras ir al baño y enseñar a los niños a hacerlo.
- Lavar las manos tras cambiar pañales.
- Lavar las manos antes de preparar la comida y antes de comerla.
- Lavar la ropa que tenga restos fecales.
- No tragar agua al nadar.
- Eliminar los gérmenes del agua que se utiliza para beber si no procede de una fuente sanitaria adecuada. Se puede hervir el agua, utilizar filtros homologados o agentes desinfectantes.