La estrella de los Jonas Brothers pasó dos meses viviendo en Islington, al norte de Londres, con su esposa Sophie Turner y acabó convirtiéndose en la peor pesadilla de una de sus vecinas, que salta a la vista que no es una admiradora de las canciones de la popular banda.
"Celebramos una fiesta de fin de año que fue bastante graciosa porque organizamos una cena y hubo una vecina a la que no le gustó nada el ruido, ¡aunque ni siquiera era ruido! Era música. Vino a quejarse unos días más tarde y nos dijo: '¡Había música! Y estaban cantando... ¡cantando!'. A ver, Dios no quiera que se nos ocurra ponernos cantar", le explicó a Jimmy Hill en el programa Capital Evening Show.