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José Sacristán: "Ser actor no es algo competitivo"

por Redacción
22-09-2021

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Como "la madre superiora del convento en que todas profesamos", en palabras de su compañera y presentadora del acto, Aitana Sánchez-Gijón, José Sacristán ha recibido el Premio Nacional de Cinematografía. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha calificado la entrega de "acto reparador y que estaba pendiente desde hace mucho tiempo".

"Hoy premiamos a un cómico de casta", ha señalado Iceta, quien ha dicho también que la mirada que ofrecen sus películas "nos define, nos diferencia y nos da identidad". También ha destacado su filmografía junto a directores como Pedro Lazaga o Saénz de Heredia, con quienes cosechó éxitos comerciales, pero también 'Un hombre llamado Flor de Otoño' (Pedro Olea) y 'El diputado' (Eloy de la Iglesia) "dos películas precursoras de las libertades sexuales, que personalmente agradezco".

Con "una voz cada vez más poderosa", con "la complejidad del que sabe sumar, sin complejos" y con un "profundo respeto por tu profesión y tu ejemplo un espejo en que vernos reflejados", Sacristán es merecedor del galardón, según Iceta.

En su discurso de agradecimiento, el actor ha recordado cuando, de niño, se pegaba plumas de gallina en la cabeza para que su abuela gritara: "¡Virgen santa, un indio!". Y que lo que pensó entonces es lo que se ha repetido durante todos estos años dando voz y vida a personajes: "Se lo han creído".

Porque, como dijo Nietzsche, "no hay mayor seriedad que la del niño cuando juega", Sacristán lleva "más de 60 años sin dejar de jugar", según sus palabras. "He llegado hasta aquí, haciendo camino al andar, sobre la marcha, curioseando, con tanta certeza como inquietud". Y, en algunas ocasiones, sin preocuparse tanto por "desentrañar la complejidad de los personajes sino por ver cómo puñetas llegaba a fin de mes".

"Habría bastado que lo imposible fuera", dijo Calígula mientras pedía la luna. Y esa frase le ha servido a Sacristán para volver atrás: "Cada vez que subo a un escenario siento las plumas de la gallina atadas a mi cabeza. Y entonces lo imposible es. Y tengo la luna. Y los espectadores también".

El actor ha tenido una dedicación especial para su esposa, Amparo ("Gracias por estar ahí. Hago lo posible estar ahí también") y se ha despedido con una frase del 'Quijote': "Si yo pudiera sacar mi corazón y ponerle ante los ojos de vuestra grandeza, aquí sobre esta mesa y en un plato, quitara el trabajo a mi lengua de decir lo que apenas se puede pensar".

Luego, en un aparte con la prensa, ha destacado que "no es aconsejable para la salud andar pendiente de si te dan un premio. En el fondo sé que me dedico a algo que no es competitivo; se sabe quién llega primero a la meta, quién mete más goles, pero quién es el mejor en esto, pues no: alguien decide".

Asimismo ha bromeado sobre qué va a hacer con los 30.000 euros del premio: "No sé que hacer con el dinero. Tengo las puertas de casa que ya ni abren de los brillantes y visones que hay por todos lados".

Y ha tenido unas últimas palabras para el público y los artistas de teatro, por su fidelidad y trabajo durante la pandemia: "Con 'Señora de rojo sobre fondo gris' llevamos tres años y la respuesta de la gente es estupenda. Es saludable y necesaria esta necesidad del encuentro, una cierta terapia que es la que proporciona el espectáculo, la cultura".